La inflación volvió a mostrar presión en octubre y de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), los precios al consumidor aumentaron 2.3% respecto de septiembre y registraron una variación interanual del 31.3%. Con este resultado, el índice de precios acumula una suba del 24,8% en los primeros diez meses del año, en un contexto económico marcado por el estancamiento generalizado, salvo en algunos sectores puntuales que continúan en alza.
El dato de octubre implica, además, el sexto mes consecutivo sin desaceleración inflacionaria, lo que refleja la persistencia de tensiones de precios incluso en un escenario de actividad económica “planchada”. Según los registros oficiales, el rubro que más aumentó durante el mes fue Transporte, con un avance del 3,5%, impulsado principalmente por los costos vinculados al mantenimiento y los servicios asociados.
A pesar de la estabilidad relativa en gran parte de la economía, algunos sectores vienen destacándose por incrementos por encima del promedio general. Tal como se ha observado en los informes recientes, actividades como la intermediación financiera y la minería mantienen variaciones ascendentes, despegadas del resto de los componentes relevados por el INDEC.
La canasta básica subió 3,1% y un hogar necesitó más de $1,2 millones para no ser pobre
Además del índice de precios al consumidor, el organismo estadístico difundió los valores de las canastas básicas. En octubre, un hogar de cuatro integrantes necesitó $1.213.798,81 para superar el umbral de pobreza, lo que representó un incremento del 3,1% respecto del mes anterior y una variación del 23,0% interanual.
En cuanto a la indigencia, el mismo hogar tipo requirió $544.304 para cubrir la canasta básica alimentaria y no ser considerado indigente. Estas cifras evidencian que las necesidades mínimas continúan ajustándose mes a mes, incluso en un contexto en el que el consumo se encuentra debilitado y la actividad económica muestra señales de retroceso.
El aumento sostenido de las canastas básicas impacta de manera directa en la capacidad de compra de los hogares, especialmente de aquellos con niños, niñas y adolescentes. Un informe reciente de Unicef advierte que 3 de cada 10 hogares con niños no logran cubrir sus gastos, una situación que se agrava a medida que los ingresos pierden terreno frente a la inflación. Esta advertencia se suma al escenario delineado por los datos oficiales y expone la vulnerabilidad creciente de amplios sectores de la población.
Persistencia inflacionaria en un escenario de estancamiento
La continuidad de la inflación en niveles elevados, aun en un período de actividad prácticamente detenida, refuerza la preocupación por la dinámica de precios hacia fin de año. La combinación de un consumo retraído, ajustes sectoriales y un mercado laboral presionado por la pérdida de poder adquisitivo crea un panorama complejo para los hogares, que deben enfrentar subas constantes en bienes y servicios esenciales.
Con seis meses sin desaceleración, un incremento interanual del 31,3% y una canasta básica que supera ampliamente el millón de pesos, los datos de octubre vuelven a colocar la cuestión inflacionaria y la pobreza en el centro del debate económico y social del país.
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