“Uno lo que realmente anhela es que esta sociedad, en algún momento, sea más justa y más fraterna” Estas son las palabras de Alejandra Correa, vecina matancera que trabaja en pos de los derechos de las personas con discapacidad. Isidro Casanova
Alejandra Correa integra la Mesa de Discapacidad de La Matanza, un espacio autoconvocado que genera redes de apoyo y asesoramiento para personas con discapacidad en el territorio. Además, con la Mesa, participa de la Comisión Consultiva Permanente de la Subsecretaría de Discapacidad de La Matanza.
Alejandra contó que su vinculación con la temática comenzó a raíz del diagnostico de su hijo Elian, un joven con discapacidad neurológica. En este sentido, la entrevistada expresó: “Cuando las cuestiones se fueron acomodando, en relación a él y su diagnóstico, yo me empecé a interiorizar y participar fuertemente”.
En principio, la mujer se vinculó a la Agrupación TGD Padres TEA de CABA, dado que las características en el desarrollo de Elian corresponden a las del espectro autista. Luego, comenzó a trabajar con otras familias en el partido, ya que las necesidades estaban y están muy presentes.
Las dificultades que enfrenta el colectivo de personas con discapacidad no solo tienen que ver con la infraestructura, sino con el acceso a tratamientos, terapias y profesionales. En este sentido, expresó: “En los hospitales públicos no se consiguen turnos para neurólogos o psiquiatras, que son quienes certifican la discapacidad”.
El trabajo de Alejandra continuó y continua en todo el municipio con el propósito de generar propuestas e incidir en las políticas públicas. “Los objetivos tienen que ver con visibilizar la discapacidad, con concientizar al respecto, con generar accesibilidad en todos los sentidos”, sostuvo.
Y agregó: “La accesibilidad no es solo la rampa. La accesibilidad tiene que ver con un montón de cosas, con el trato a las personas con discapacidad y con brindarles el apoyo a la diversidad que tengan”.
Asimismo, Alejandra participa del Taller Protegido de San Francisco de Asís en la localidad de Isidro casanova. Este taller es un espacio laboral para jóvenes y adultos con discapacidad. Su labor es ad honorem y sostuvo que estas participaciones son para generar un cambio en la calidad de vida de las personas. “Mi trayectoria tiene que ver con eso. A medida que fui participando de agrupaciones, estuve haciendo seminarios y diplomaturas en discapacidad para tener otros conocimientos, y poder participar, proponer y preparar proyectos”, explicó.
Con el mismo enfoque que la Convención Internacional de los Derechos de las personas con discapacidad, Alejandra remarcó: “Las diversidades de las personas se ponen en situación de discapacidad o se las considera discapacitadas, dado que el entorno no está adecuado a sus necesidades”.
“Esta es una sociedad que se creó o se piensa solo para aquellos que pueden acceder a todo lo que consideraríamos convencional o normal. Entonces, nuestra mirada tiene que ver con que la sociedad y el espacio en el que vivimos debe ser accesible para todos”, agregó.
En este sentido, Alejandra sostuvo que pretende generar cambios profundos para que haya una verdadera inclusión. Su trabajo consiste en lograr la igualdad, más allá de las características que cada persona tenga. “Todos deberíamos ser iguales frente a los derechos humanos, cada uno con sus propias características. Uno lo que realmente anhela y por lo que uno realmente trabaja es para que esta sociedad, en algún momento, sea más justa y más fraterna”.
Escrito por Melisa Martínez
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