El 31 de Agosto se festeja el día de la Obstetricia y de la embarazada, dicha fecha fue establecida en honor al día en que murió San Ramón Nonato en el año 1240. San Ramón fue un Cardenal nacido en Lérida en el año 1204 y fue extraído con vida del vientre de su madre muerta el día anterior. En relación con las circunstancias de su nacimiento, este santo fue elegido como patrono de las obstetricias y embarazadas.
En este día, se rinde homenaje a una disciplina que cumple importantes funciones en el ámbito de la salud de las mujeres embarazadas, madres y recién nacidos.
La atención que brinda el profesional comprende una etapa muy especial en la vida del paciente. Tratando con aspectos psicológicos y sociales, por lo tanto. La calidad humana del obstetra es tan importante como su experiencia profesional.
Las y los profesionales que se dedican a dicha disciplina realizan controles prenatales, preparación integral para la maternidad. Acciones de prevención, atención del parto, posparto y recién nacido y también en salud reproductiva. Contribuyendo en forma importante a mejorar la salud del binomio madre-hijo/a.
En el 2019, los licenciados y licenciadas de Obstetricia luchaban por la aprobación de una Ley. Mediante la cual se buscaba regular el ejercicio de las/los profesionales de la obstetricia, como actividad profesional autónoma y libre.
La Cámara de Diputados le otorgó media sanción y migró al Senado el régimen que regula el ejercicio profesional de la obstetricia. Por 167 positivos, 1 negativo y 3 abstenciones en la votación en general.
El proyecto de ley planteaba que las/os profesionales de esta rama puedan aconsejar en la planificación familiar. Y el uso de anticonceptivos.
Desde otro eje, el embarazo y sucesivamente el parto lleva consigo la tentativa de idealizar esta etapa en la vida de la mujer. E incluso en muchas ocasiones es considerada una etapa “obligatoria”.
“Tenes la capacidad biológica de parir y, en consecuencia, debes ser madre sí o sí”. Es una frase común en la actualidad. La imposición y el mandato de ser madres está disfrazado del estereotipo de la mujer madre, que realiza las tareas del hogar, y vive para el cuidado de los niños.
A su vez, se idealiza a aquella mujer “supermamá” que llega a todo. Esa madre que está 100% disponible para cumplir con todos los aspectos de su vida.
La opinión de Ricardo Arjona sobre feminismo y lenguaje inclusivo