La reciente muerte del Papa Francisco el pasado 21 de abril, tras un derrame cerebral, despertó una ola de homenajes en todo el país. En La Matanza, uno de los distritos más poblados del conurbano bonaerense, vecinos, curas villeros y autoridades propusieron un homenaje sin precedentes: crear una ciudad con su nombre.
La iniciativa surgió tras una misa oficiada por el obispo de San Justo, monseñor Eduardo García, quien fue cercano al Papa durante su etapa como arzobispo de Buenos Aires. Con el respaldo de curas villeros y sectores sociales, se propuso declarar ciudad a una zona que incluye los barrios Puerta de Hierro, San Petersburgo, Villa Palito, 17 de Marzo y 17 de Marzo Bis, donde viven más de 100.000 personas.
“Queremos que el nombre de Papa Francisco identifique oficialmente a los barrios más postergados, como símbolo de esperanza y dignidad”, expresó García. En la misa también participaron el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, autoridades del Concejo Deliberante y de la Universidad Nacional de La Matanza.
El padre Nicolás “Tano” Angelotti, referente local, recordó que Francisco hizo aportes concretos para estos barrios: donó una imagen de San José, financió la construcción de cinco escuelas y apoyó proyectos de urbanización. “No es un pedido arbitrario, sino una forma de reconocer su lucha por tierra, techo y trabajo”, afirmó Angelotti.
La propuesta se suma a otras expresiones de homenaje. En Buenos Aires, se discute renombrar la Villa 1-11-14 como “Papa Francisco”. También hubo misas, murales y jornadas solidarias en villas de todo el país.
Desde el Vaticano, voceros informaron que el Papa había sido informado de estas iniciativas antes de su fallecimiento. “Francisco se sentía profundamente conmovido por el cariño de su pueblo”, afirmaron.