Los argentinos Pedro Lowenstein y María Castro desarrollaron y encabezan actualmente estudios clínicos de nuevas terapias génicas -que en fase 1 arrojaron resultados buenos de tolerabilidad y aumento de supervivencia- para el glioblastoma, un tipo de tumor cerebral altamente agresivo. En la actualidad no hay alternativas terapéuticas que extiendan la esperanza de vida de los enfermos a más de dos años.
Este tipo de tumor actualmente se trata con cirugía, rayos y quimioterapia con una droga llamada temozolomida con una efectividad muy reducida. “Los gliomas son uno de los peores tumores que atacan a los seres humanos. Justamente porque no hay tratamiento efectivo y la sobreviva a dos años es del 5%; es decir que el 95% de los pacientes diagnosticados a los dos años están muertos”, indicó Lowenstein.
Lo que Lowenstein y Castro desarrollaron en su laboratorio fue una terapia génica; “Lo que propusimos es llevar dos vectores virales (cada uno codifica para una proteína diferente) que combinado con una droga llamada Valtrex hace que, por un lado, se maten células tumorales, y por el otro se atraigan las células dendríticas a la zona peritumoral que luego estimularán al sistema inmune para la generación de células tóxicas para el tumor”, describió. En el ensayo clínico, del que participaron 18 pacientes se administraron diferentes dosis de ambos vectores y Valtrex y todas las dosis fueron bien toleradas.
“El segundo hallazgo fue que tuvimos varios pacientes con una sobrevida mayor de dos años. Otros tantos con una supervivencia de más de tres años y un paciente con más de cinco años. Dado la sobrevida normal de este tumor son resultados muy buenos”, describió.

“En la actualidad la terapia estándar que reciben las y los pacientes con glioblastoma consiste en la remoción quirúrgica del tumor; (cuando es posible, hay tumores que están alojados en zonas que no pueden ser accedidas quirúrgicamente) seguida de radioterapia y quimioterapia con temozolomida”, describió por su parte Marianela Candolfi, investigadora en el Inbiomed.
Candolfi fue una de las autoras de un reciente trabajo publicado en la revista Cancers. En la misma demostraron que la supresión o disminución de una molécula llamada humanina mejora la adherencia a los tratamientos. La investigadora señaló que el tratamiento presenta numerosas limitaciones que están dadas por las características de este tumor.
“En primer lugar, se trata de tumores muy difusos e invasivos, la cirugía solo puede remover la masa principal. Por lo tanto, termina dejando en el cerebro células que invaden profundamente; de hecho, el 90% de las recurrencias aparecen en un margen de 0,5 cm de la zona extirpada. En segundo lugar, las células de glioblastoma son particularmente resistentes a la radioterapia y la quimioterapia”, explicó.
El tercer punto es que la localización del tumor en el cerebro dificulta el tratamiento. Debido a que el tumor está rodeado de un tejido cerebral muy delicado. Además, la barrera hematoencefálica (que regula el paso de moléculas desde el torrente sanguíneo al tejido cerebral) dificulta el acceso de la quimioterapia a la zona del tumor, y el hueso del cráneo dificulta el acceso pleno de la radioterapia al tumor”.
Fuente: Télam
Clementina XXI: la supercomputadora argentina del Servicio Meteorológico Nacional