El Gobierno nacional confirmó que el Tesoro comenzará a intervenir directamente en el mercado de cambios, en un giro que marca un quiebre respecto de la política de “flotación” que venía defendiendo el equipo económico. El anuncio fue realizado por el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, a través de sus redes sociales.
La decisión se conoció después de semanas de fuerte volatilidad cambiaria y en un contexto en el que, en apenas una jornada, el dólar llegó a subir más de 2%. “El dólar flota”, repetían hasta hace pocos días los principales funcionarios económicos, en línea con los compromisos asumidos con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Sin embargo, ya circulaban versiones de que el Tesoro había intervenido de manera encubierta, algo que ahora quedó oficializado.
El cambio de estrategia se produce en medio de una creciente presión sobre las reservas y un mercado que observa con atención cada movimiento del Gobierno. El antecedente inmediato fue la marcada inestabilidad de los últimos dos meses, con jornadas de fuertes saltos del tipo de cambio y mayor demanda de cobertura en dólares.
En paralelo, los datos oficiales muestran un fenómeno que preocupa a las autoridades:
Durante julio, 1,3 millones de personas compraron dólares en el mercado oficial. El monto total adquirido ascendió a 3.408 millones de dólares, lo que refleja la magnitud de la salida de divisas por la demanda minorista en apenas un mes.
La decisión de habilitar la intervención directa del Tesoro genera múltiples lecturas. Por un lado, se busca enviar una señal de control al mercado y evitar saltos bruscos que retroalimenten la inflación. Pero, al mismo tiempo, supone un alejamiento del compromiso asumido con el FMI de dejar que la cotización del dólar se mueva sin intervención oficial.
En este marco, analistas advierten que la medida podría tener un efecto acotado en el corto plazo si no se acompaña con un plan más amplio para recomponer la confianza y fortalecer las reservas. El propio mercado seguirá de cerca el alcance y la frecuencia de estas intervenciones, mientras se intensifican las dudas sobre la consistencia de la estrategia económica del Gobierno.