COLUMNA #PolíticaDeManual
En busca de trampolines electorales de cara a 2023, las filas de Juntos por el Cambio abrieron el fuego interpartidario durante la última semana, en pugna por imbuir de cargos legislativos de importancia a sus principales referentes. Los chispazos más fuertes cruzaron a la exdiputada Elisa Carrió, de Coalición Cívica, con el ala del radicalismo que encabeza el senador Martín Lousteau. Las fuerzas se disputan las presidencias del espacio opositor en el Congreso y amenazan con fragmentar irremediablemente el interbloque. Internas Radicalismo Congreso
Cuando el expresidente Mauricio Macri tuvo que escoger un candidato para acompañarlo en la fórmula con la que intentara su reelección en 2019, el apuntado fue el entonces titular del Partido Justicialista en el Senado Miguel Pichetto. Allí reside la importancia de las presidencias de bloque como la que ocupa hoy Mario Negri, jefe de Juntos por el Cambio en Diputados. Y a por ese puesto va el sector emergente del radicalismo, cuyos voceros confesaron reiteradas veces las miras a 2023.
En este marco, mientras Carrió brindó su respaldo a la presidencia consecutiva de Negri en el interbloque opositor, parte de la Unión Cívica Radical (UCR), representada por el senador Lousteau y por el diputado Emiliano Yacobitti, discutió el planteo. El conflicto subió de tono este viernes, cuando una reunión fallida entre los dos sectores volvió palpable la posibilidad de separarse en el Congreso. La designación del nuevo titular deberá resolverse antes del 10 de diciembre.
La fiesta de Carrió y la respuesta radical
“Sepan lo que eligen en la presidencia de los bloques”, lanzó Carrió contra sus compañeros de coalición el fin de semana pasado. La exlegisladora condujo en Luján una fiesta para celebrar los 20 años de la Coalición Cívica. Todas las mayores figuras de la fuerza asistieron al evento, a excepción de los dirigentes del radicalismo disidente, que no fueron invitados. Pese a no estar allí, los referentes fueron foco de críticas duras y directas.
“Yo no me fui de un partido que tenía corruptos para venir a hablar con los hijos privilegiados de esos corruptos”, disparó Carrió. La tiradera tenía como blanco a Yacobitti, a quien acusó de haber comandado “la mayor corrupción que se conoce en la historia” como vicedecano de la Facultad de Economía de la Universidad de Buenos Aires. Los comentarios procuran cuidar la espalda de Negri, cuyo cargo en el Congreso pretende disputarle parte del radicalismo en internas.
La contestación llegó el mismo día desde Twitter. “Los dichos de Elisa Carrió atentan contra la unidad de Juntos por el Cambio y son funcionales al kirchnerismo. Resulta inexplicable luego del triunfo en las últimas elecciones”, advirtió Yacobitti. En la misma línea se expresó Lousteau, quien declaró a TN que, con sus dichos, Carrió está siendo “totalmente funcional al kirchnerismo”.
Por su parte, Negri, dueño del puesto en discordia, se limitó a pedir al radicalismo “dejar de lado las tensiones” y “no distraerse”. Pero quien tuvo que salir de imprevisto a poner paños fríos fue el jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta. Junto a Macri, el alcalde porteño se reunió con Carrió para calmar las aguas y dar un mensaje de unidad hacia adentro y afuera.
La partición de la UCR Radicalismo Internas Congreso
El plan 2023 se yergue en un no tan lejano horizonte para numerosos referentes de la multipartidaria oposición. Cada una de las tres principales fuerzas dentro de Juntos por el Cambio -el PRO, escindido o escindible en palomas y halcones; la UCR; y la Coalición Cívica- cuenta con figuras que aspiran a jugar por los más importantes puestos. Si durante la campaña electoral la partición había surgido en el PRO, las internas parecen repetirse ahora en el radicalismo en el Congreso.
La fractura deja de un lado a la vieja guardia radical, conducida por el gobernador de Jujuy Gerardo Morales y donde participa Negri. Por otra parte, el sector disidente tiene como líder a Lousteau. Aquí pertenecen Yacobitti y, entre otros, el diputado electo Martín Tetaz, quien se refirió a la fracción como un “nuevo radicalismo”. Tras la reunión del viernes, no es improbable que se la fuerza se divida en dos bloques legislativos distintos.
Ala orgánica versus ala emergente: en esos términos se da la nueva etapa de la carrera de la UCR hacia 2023. El rumbo comenzó con el pie derecho este año, cuando el espacio en conjunto logró incorporar al Congreso a varios referentes en ascenso. Es el caso de Tetaz (Ciudad), Facundo Manes (Provincia), Rodrigo De Loredo (Córdoba) y Carolina Losada (Santa Fe). Las disputas aparecieron luego, a la hora de reagrupar el apoyo obtenido en las urnas.
Muchos líderes del radicalismo dentro y fuera del Congreso adelantaron posibles votaciones internas de cara a las elecciones. Es sabida la postura de Manes de querer jugar por la presidencia de la Nación, así como Morales. Junto a ellos se subió al ring Lousteau, apoyado por Yacobitti y el “nuevo radicalismo”.
En busca de trampolines Radicalismo Internas Congreso
Cuando los partidos con aspiraciones nacionales propongan una o varias fórmulas para las elecciones de 2023, cada fuerza política querrá tener bien ubicadas a sus mejores figuras para gobernar el país. Y si pretenden dar el salto a los cargos más importantes o incluso a la presidencia, los líderes deben tener un trampolín electoral desde el que impulsarse. Eso es lo que, prematura e inciertamente, empieza a jugarse en 2021.
Allí se explica el desembarco del hasta ahora intendente de Vicente López Jorge Macri, primo del expresidente, en el gabinete de Larreta. El alcalde de la Ciudad oficializó este jueves su designación como ministro de Gobierno porteño. La llegada del jefe comunal implica una devolución de favores luego de que Larreta lo forzara a declinar su precandidatura como diputado en la Provincia de Buenos Aires.
En esta clave se lee, finalmente, la discusión por las presidencias del interbloque de Juntos por el Cambio en el parlamento. Como Pichetto en 2019, el diputado que obtenga el puesto de Negri podría utilizarlo para dar el salto a una fórmula presidencial en 2023. Será temprano aún, pero la caza de trampolines electorales ya pasa factura al interior de la oposición.
#PolíticaDeManual: La columna de Manuel Román
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