Almafuerte fue un poeta argentino de mediados del siglo XIX y finales del siglo XX, que vivió en pueblos pequeños, lejos de la Capital. Su verdadero nombre fue Pedro Bonifacio Palacios y, además de escritor, era docente y dibujante. Gran parte de su vida fue retratada en una película de 1949 dirigida por Luis César Amadori, llamada Almafuerte. La banda liderada por Ricardo Iorio lleva su nombre en honor del poeta.
Maestro y periodista Almafuerte Poeta
Pedro Bonifacio Palacios nació en lo que sería el barrio de San Justo, en La Matanza, el 13 de mayo de 1854. Su madre falleció cuando el poeta tenía solamente cinco años, por lo que se crió en la casa de sus abuelos. Carolina Palacios, su tía, fue la responsable de cuidarlo en ausencia de su madre.
En 1876 la muerte se llevó a su padre, cuando Pedro Bonifacio tenía 22 años. Para entonces, Palacios daba clases como maestro: había comenzado a la edad de 16, en 1870, en la escuela donde se educó.
Ejerció la docencia en escuelas de Mercedes, Chacabuco, Trenque Lauquen y Salto. En paralelo, el poeta también se dedicó al periodismo escribiendo en diferentes diarios como “El Oeste” de Mercedes y “El Pueblo” de La Plata. También redactó en el diario “El Progreso” de Chacabuco, el cual fue fundado por el propio Palacios.
En 1896, fue declarado cesante por no tener el título necesario para dar clases. Debido a eso, abandonó la docencia en la escuela de Trenque Lauquen donde estaba enseñando. Palacios sobrevivió con un cargo en la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires por dos años. Cuando finalmente fue despojado de aquel cargo, el poeta se fue a vivir a las afueras de La Plata. Allí vivió en condiciones de pobreza, manteniéndose con lo que ganaba de las publicaciones que salían en los diarios.
Antes de morir, Palacios recibió una pensión vitalicia por parte del Congreso que le trajo un poco de alivio económico. El 28 de febrero de 1917, el poeta conocido como Almafuerte falleció en su casa de La Plata, en avenida 66.
Elogiado por Mitre y Sarmiento
Una de las primeras veces que Palacios utilizó el seudónimo “Almafuerte”, fue en un poema que envió al diario “La Nación”. Según está relatado en el libro El Poeta del hombre de Antonio Herrero, Palacios envió en 1892 una de sus primeras composiciones a Bartolomé Mitre. Este último, director de “La Nación”, confió el poema enviado por Almafuerte a Antonio Lamberti, quien colaboraba en la sección literaria del diario. Lamberti leyó con mucho aprecio el trabajo de Palacios y, tras aquel juicio de valor, lo consideró digno de ser publicado. Posteriormente, el poema, llamado “Interrogantes” fue reproducido y elogiado en el diario “El Globo” de España.
La obra de Palacios se publicó en formato libro durante los últimos años de su vida. En 1906 y 1907 se lanzó Lamentaciones y Siete sonetos medicinales, respectivamente. Otros de los libros que divulgados mientras Almafuerte estaba vivo fueron El misionero, en 1911, y Evangélicas, en 1915.
Uno de sus poemas más conocidos es “¡Piú avanti!”, el cual comienza con los siguientes versos: “No te des por vencido, ni aun vencido / no te sientas esclavo, ni aun esclavo; / trémulo de pavor, piénsate bravo, / y arremete feroz, ya mal herido.”
Entre tantos elogios que Almafuerte obtuvo, quizás uno de los más llamativos fue el de Domingo Faustino Sarmiento. Este último tuvo un encuentro con el poeta cuando Palacios trabajaba como director en una escuela de Chacabuco. El entonces expresidente de la República Argentina, visitó la escuela junto a un grupo de amigos. Almafuerte lo recibió con la lectura de un discurso de su propia autoría que encantó a Sarmiento. De hecho, le gustó tanto que le ofreció un trabajo en Capital que Palacios rechazó.
Reconocimiento póstumo Almafuerte Poeta
Almafuerte fue un poeta al cual se le valoró su obra cuando este ya era una persona mayor. Gran parte de su trabajo literario fue publicado de manera póstuma.
En 1961, la casa donde vivió Palacios fue declarada Patrimonio Histórico Nacional de La Plata. Hasta el día de la fecha, la casa funciona como museo donde se exhiben fotografías y manuscritos. Se puede visitar de lunes a viernes entre las 9 y las 17 y los sábados de 15 a 18.
Escrito por Manuel Molinuevo
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