Los bomberos de La Matanza arriesgan su vida constantemente con el objetivo de salvar a los demás. A veces, parece increíble que estén voluntariamente expuestos a situaciones de las cualas la gente suele huir. Incendios, derrumbes, trifulcas, peligro de vida, y mil situaciones más. Pero, ¿Cómo hacen para volver a sus hogares y seguir con sus vidas después de vivir todo eso?
La preparación que reciben para afrontar situaciones de alto riesgo
Los bomberos voluntarios deben aprobar el curso de ingreso que dura aproximadamente un año. Con el objetivo de saber que formación reciben, Desde Matanza habló con Osvaldo Bodego, ex bombero voluntario de Ramos Mejía. Nos contó que el postulante de bombero pasa por una pre selección ante el grupo de oficiales, para luego realizar una entrevista donde atraviesan un test psicológico.
Una vez aprobado, para pertenecer a los bomberos de la matanza, deben hacer un examen físico para que después les entreguen una cartilla con las obligaciones y un examen de competencia. Cuando ya está todo rendido, pasa al grupo de aspirantes que durante un año debe concurrir tres veces por semana a clases para prepararse en teoría y práctica. Los temas que abordan son: química, física, incendios estructurales, forestales, rescate vehicular, traumas, psicología de la emergencia, materiales peligrosos, materiales para el combate de incendios y rescates, rescate en altura, anatomía vehicular y primeros auxilios. Para finalizar esta sección rinden un examen y al aprobarlo pasan a pertenecer al cuerpo activo de bomberos.
El Reglamento de Ingreso de los Bomberos de La Matanza establece, entre otros puntos, que “los mayores de 12 años y menores de 18 años podrán ingresar en la condición de Cadetes, integrando estructuras destinadas a la formación ética, de participación grupal y de compromiso hacia la comunidad. En estas estructuras se procurará captar tanto al niño como a su núcleo familiar”.
Los bomberos y sus condiciones de trabajo
Con respecto a los materiales y la ropa que necesitan, Osvaldo Bodego, afirmó: “Si le preguntas a un voluntario si desea cobrar un sueldo te va a contestar que no, lo que desea es el material, la ropa, móviles y tecnología para desempeñar bien su función y regresar sano a casa”. También nos explicó que a pesar de estar en un momento de gran avance tecnológico, donde se podrían beneficiar y hacer cosas más rápido, no se aprovecha y el trabajo continúa siendo manual.
La ropa está vencida, ya que se debería renovar cada 5 años y tienen la vestimenta hace más de 10 años. Además, el ex bombero, manifestó: “Todo lo relacionado a nuestro trabajo es muy caro e importado en muchos casos. Te doy un ejemplo el equipo completo para un bombero sale aproximadamente $90.000, o sea pantalón y chaquetón. Después agregamos casco unos $30.000, guantes $1800, capucha $1000, botas $7000, equipo de respiración $120.000 y te quiero aclarar que los guantes, la capucha y las linternas las compramos nosotros”.
Nahuel Fresco, bombero voluntario en la sede de González Catán, agregó a los dichos de Osvaldo Bodego, que la ropa y el uniforme de gala como fajina, remeras, chombas y camisas, también las compra cada bombero individualmente. Él, exteriorizó su descontento con este tema, ya que al ser los únicos materiales que tienen, están obligados a usarlos y también añadió que la institución está en una situación complicada.
Para continuar con el tema, Bárbara Ayetz, encargada de prensa de Bomberos Voluntarios, reafirmó las malas condiciones de los materiales debido a su desgaste. Por lo tanto, los bomberos trabajan con mangueras pinchadas o rajadas y con tijeras y hachas sin filo. Además, recalcó que los bomberos corren riesgos de quemarse mientras realizan las operaciones, a causa de las rupturas de los equipos de incendio y de la vestimenta que como dijimos anteriormente, están por fuera de la norma vigente.
Bombero Nahuel Fresco:
“tenemos muy en claro que la diferencia entre la vida y la muerte depende de nosotros.”
Nahuel Fresco nos contó su experiencia dentro de este oficio.
– ¿Por qué elegiste pertenecer a bomberos de la matanza?
-Porque para el bombero no existe la diferencia entre el día y la noche. El bombero se pierde cumpleaños, fiestas, reuniones con amigos y cenas con la familia por estar de guardia, el bombero no tiene preferencia, no discrimina raza, política ni religión, pasamos frío, hambre y sed. Trabajamos cansados mojados y nadie se acuerda de nosotros, el muerto no habla, el accidentado esta inconsciente y los familiares nerviosos. Pero ¿Sabes lo que más te inspira? Que los chicos te vean, verlos y escucharlos decir “mamá, mamá los bomberos” te puedo asegurar que eso te llena el pecho y te da la fuerza para seguir.
– ¿Cómo te sentís al estar en situaciones tan peligrosas? ¿Le tuviste miedo a la muerte en algún momento?
-Bueno, si te diría que nunca tuve miedo te mentiría. Todos tenemos miedo, pero también tenemos muy en claro que la diferencia entre la vida y la muerte depende de nosotros. Además, en el momento en el cual nos dirigimos al incendio, arriba del móvil tu cabeza trabaja a mil, pensas en muchas cosas, como en la familia que está en problemas, pero también en la propia familia.
– ¿Peor recuerdo en este oficio?
-Los malos recuerdos son muchos, nuestro trabajo es difícil y la mayoría de la gente en el sector que nosotros estamos es bastante complicada, siempre nos reciben con insultos, muchas veces nos agreden y hasta nos han arrojado piedras mientras trabajamos.
– ¿Y algún momento que hayas considerado bueno?
-Hace poco bajamos a un incendio de pastizales, el cual había llegado a casas precarias en el barrio El Tizón. Se trabajó con un total de 4 dotaciones, al momento del arribo estaba todo generalizado, trabajamos por al menos 2 horas, cuando salíamos del campo al menos 50 personas nos esperaban afuera y mientras íbamos saliendo nos despedían con aplausos y fotos.
Bombero Osvaldo Bodego: “Salí con Dios y si no vuelvo es que me fui con él”
-¿Por qué elegiste pertenecer a los bomberos de la matanza?
-Un día estaba parado haciendo la cola en el Banco Provincia y vi pasar un camión de bomberos con los hombres colgados atrás. Parece loco pero me encantó el camión. Unos meses después me fui al cuartel y me anote con solo 16 años de edad. A mis padres mucho no les gusto por qué es un trabajo muy peligroso.
-¿Cómo te sentís al estar en situaciones tan peligrosas? ¿Le tuviste miedo a la muerte en algún momento?
-Muchas veces no se piensa en eso. Entras en casas envueltas en llamas, te metes debajo de un tren en marca y a veces lo haces mover para sacar a una persona aprisionada. Todos tenemos miedo a perder la vida. Pero sabemos que somos una gran familia y tu compañero dará la vida por vos si es necesario. En nuestro trabajo siempre está el “entramos juntos, salimos juntos” y en muchos cascos esta la frase “Salí con Dios y si no vuelvo es que me fui con el”
-¿Peor recuerdo en este oficio?
-Malos momentos siempre hay, casi todos los días vemos y tratamos con cosas que la gente no se imagina, es difícil recordar uno pero son siempre asociados con niños.
-¿Y algún momento que hayas considerado bueno?
En este trabajo son pocos los buenos momentos ya que siempre acudimos cuando a la gente le pasan las desgracias. Pero un buen momento fue haber realizado el parto de mellizos y que al varoncito le hayan puesto mi primer y segundo nombre.
Escrito por Sol Clemente Godino
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