El principal acusado por el homicidio del kiosquero Roberto Sabo fue condenado este martes en un juicio oral a la pena de prisión perpetua. La Justicia determinó que fue él quien asesinó a balazos al comerciante en el marco de un robo en la zona céntrica de Ramos Mejía, en noviembre de 2021.
El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 2 de La Matanza dictó el fallo ayer durante una audiencia virtual. Las autoridades resolvieron sentenciar a Leandro Daniel Suárez (30) por el delito de “homicidio criminis cause con la participación de una menor de edad, robo calificado por el uso de arma de fuego y portación ilegal de arma de fuego de uso civil y de guerra”, cuya víctima fue Sabo (48).
Además, los jueces Diego Burgueño, Arturo Gavier y Lucila Pacheco lo declararon “reincidente”. A raíz de ello, el delincuente no podrá pedir la libertad condicional. Por su parte, las autoridades declararon inimputable a la adolescente que lo acompañaba el día del crimen, debido a su condición de menor de edad.
Crimen del kiosquero de Ramos Mejía: Declaraciones
“Por fin terminó todo este calvario, por fin vamos a poder dormir y estar un poco en paz”, dijo Nicolás, uno de los hijos de la víctima, al canal Todo Noticias desde el estudio de su abogado Fernando Burlando, con quien escuchó la sentencia junto a su hermano Tomás y agradeció el trabajo de “los fiscales”.
En tanto, Maia, madre de Sabo, afirmó desde el quiosco donde ocurrió el hecho que “se hizo justicia como debe ser”. Junto a ello, expresó: “Esto me consuela un poquitito porque la herida la tengo para siempre en mi corazón, pero por lo menos se hizo justicia”.
El jueves pasado, en lo que fue la segunda jornada del juicio, el fiscal Sergio Alejandro Antín pidió que la condena a prisión perpetua para el acusado, al asegurar que no existió un forcejeo entre la víctima y el homicida y que éste “ejecutó” al comerciante de cuatro disparos.
“El Tribunal creyó la prueba de la fiscalía, no es un dato menor, eso significa no solamente que nos han creído sino que en definitiva hubo justicia”, aseguró a Télam el fiscal luego de escuchar la sentencia. Asimismo, añadió: “Es una caricia al alma para la familia para que en definitiva Roberto Sabo pueda descansar en paz”.
De esta manera, Antín rechazó la hipótesis del forcejeo planteada por el acusado. En cambio, el fiscal aseguró que Suárez “efectuó cuatro disparos contra la víctima, dos que impactaron en el rostro y dos en el tórax. Todos fueron a corta distancia, de forma descendente, casi a modo de ejecución”.
El pedido del representante del Ministerio Público coincidió con lo solicitado por la querella, a cargo de los abogados Humberto Próspero y Juan Triverio. La parte también dijo que en el juicio quedó acreditado que el kiosquero no se resistió al robo; y, a su vez, reclamó que se condene a Suárez por el mismo delito y que se lo declare reincidente.
Triverio consideró que Suárez actuó con un “desprecio total y absoluto por la vida humana”. En tanto, Próspero pidió que se lo condene a “reclusión perpetua más la accesoria por tiempo indeterminado”.
Por su parte, la defensa del acusado solicitó una condena de 15 años de cárcel por “homicidio en ocasión de robo”, ya que consideró que no había pruebas que indicaran que el acusado tuvo intención de homicidio.
Crimen del kiosquero de Ramos Mejía: La reconstrucción
Según la elevación a juicio presentada por el fiscal de primera instancia, Federico Medone, el crimen de Sabo ocurrió en el marco de un raid criminal que se inició el 7 de noviembre de 2021. Ese día, el acusado y una adolescente de 15 años que lo acompañaba -y que no fue juzgada por ser inimputable debido a su edad- fueron hasta una agencia de remises de Ciudadela y pidieron viajar hasta Ramos Mejía.
Ambos fueron llevados por el conductor de un remis Ford Focus negro hacia esa zona. Allí Suárez pidió detenerse unos minutos en un kiosco ubicado en avenida de Mayo y Alvarado, en la zona comercial de Ramos Mejía.
Allí se bajó solo e ingresó al kiosco “Drugstore Pato” armado con “una pistola semiautomática 7,65 mm con numeración suprimida y cargada con al menos un cartucho, y con un revólver calibre 22”. Así lo determinó la pesquisa.
Una vez adentro del comercio, intimidó con esas armas a Sabo. Luego se apoderó de $10.000 producto de las ventas y disparó cuatro balazos contra el kiosquero, quien falleció casi en el acto, según la acusación.
Al salir del kiosco, el asaltante intimidó con armas al remisero que lo había llevado hasta el lugar. A continuación le robó $6.000 de la recaudación, el teléfono celular y el auto, en el que huyó con la adolescente.
En la fuga, el vehículo chocó contra un árbol. Entonces los dos tripulantes se bajaron e ingresaron a un supermercado con intenciones de simular ser clientes y aprovechar para cambiarse las ropas.
Luego de ello, y siempre bajo amenazas con armas, robaron la moto y pertenencias a un delivery. Finalmente, la Policía logró detenerlos en Avenida de Mayo y Rivadavia.
Fuente: Télam
Por Desde Matanza
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