La alosexualidad: La carga de una vida sexual activa

La información es muy importante y en el caso de lo sexual más aún. Erradicar los mitos y tratar los tabúes es clave para mantener una sexualidad sana, placentera y libre de miedo, puesto que la influencia de dogmas religiosos y patriarcales persisten en la sociedad.

En el amplio espectro de la sexualidad existe una presión para mantener relaciones sexuales con regularidad y que además parezca que se goza. Este mandato silenciado se encuentra vinculado a la vergüenza y recibe el nombre de alosexualidad normativa.

La alosexualidad opera de diversas formas con los diferentes géneros. En algunos casos demanda como una prueba de amor romántico para demostrar cierto compromiso, lo cual pesa en los cuerpos vulnerables. Por ejemplo, en quienes se encuentran atravesando duelos, enfermedades o tratamientos psiquiátricos, personas que acaban de parir. En otras palabras, la alosexual normativa recae sobre todos.

Alosexualidad: Mandatos que continúan vigentes

Asimismo, este término no es nada nuevo ya desde el pasado se tiene este mandato de estar siempre dispuesta a tener relaciones, a cumplir fantasías que se ven las revistas, aprender los mandamientos que propone la sexóloga Alessandra Rampolla. En otras palabras, se espera que sean delicadas, frágiles, etérea, fiel, siempre joven, tersa y firme, con mucha personalidad, pero no problemática. Es decir, ser tales como lo que hemos consumido a través de los productos visuales como el programa Showmatch.

En ese contexto quienes no sienten el deseo de mantener relaciones son catalogadas como frígidas y anormales. Son vistas con cierta preocupación por sus pares porque de alguna manera la ven como que pierden un tiempo que es irrecuperable. Esto provoca que quienes no sienten ese deseo prefieran callar para evitar el conflicto o bien decir si, aunque no lo quieran.
En ese marco, la alonorma aparece orientada como un recurso estratégico para evitar enfrentamientos y que nadie los abandone. Sin embargo, esto tiene un costo en la salud mental y da lugar a violencias, padecimientos y abusos. Entonces es importante romper con esta idea porque lo que es placentero para uno, puede no serlo para el otro, en ese caso la comunicación es fundamental.

Nota por Ayelén Cabrera
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