Cuatro fallecimientos repentinos por muerte súbita de menores en Córdoba en apenas cinco días reavivaron el debate sobre la prevención. Cardiólogos explicaron a Infobae qué estudios se recomiendan y cuáles son los síntomas que no deben pasarse por alto.
La muerte súbita en niños y adolescentes conmocionó a la Argentina esta semana, especialmente en Córdoba, donde se produjeron cuatro casos en solo cinco días. Los especialistas la definen como un fallecimiento inesperado, que ocurre en forma rápida, “generalmente dentro de la primera hora desde el inicio de los síntomas”, en personas que parecían sanas.
En la población menor de 19 años, la causa más frecuente es cardíaca y, muchas veces, pasa inadvertida hasta que se produce el episodio. Las enfermedades hereditarias del corazón, como las miocardiopatías o ciertas arritmias, suelen estar detrás de estos casos. “La muerte súbita en niños y adolescentes sucede habitualmente por enfermedades del corazón congénitas, algunas son hereditarias como por ejemplo la miocardiopatía hipertrófica”, explicó el cardiólogo Martín Lombardero.
El antecedente familiar funciona como una alerta fundamental.
Estudios genéticos, junto con controles médicos periódicos, ayudan a detectar riesgos antes de que aparezcan síntomas. “En la población infantil normal, lo que se aconseja es el examen clínico con el pediatra y un electrocardiograma. Al ingreso escolar sería bueno que hagan un control con el cardiólogo infantil y otro durante la adolescencia”, sostuvo Marcelo Nahín, jefe de cirugía cardiovascular del Hospital El Cruce.
Los expertos insisten en no subestimar síntomas como mareos, desmayos, falta de aire, palpitaciones o dolor en el pecho, sobre todo durante la actividad física. Fabio Mennitte, cardiólogo de la Federación Argentina de Cardiología, destacó que estos signos, aunque comunes, requieren consulta inmediata.
La prevención se apoya en estudios como electrocardiograma, ecocardiograma y, según antecedentes, pruebas de esfuerzo, Holter o análisis genéticos. Además, el deporte competitivo exige controles rigurosos y la disponibilidad de desfibriladores externos automáticos (DEA) en clubes y escuelas. La Ley 27.159, reglamentada en 2022, establece la obligatoriedad de contar con estos equipos en espacios con gran concurrencia.
Finalmente, la capacitación en reanimación cardiopulmonar (RCP) es clave. “Cada segundo cuenta. Si se asiste a la persona con esta técnica hasta que llegue la urgencia médica, tiene muchas más posibilidades de sobrevivir”, remarcó Mennitte. La acción comunitaria, sumada a los hábitos saludables y los controles médicos, constituye la herramienta más poderosa para reducir el impacto de la muerte súbita.