La parálisis del sueño es un fenómeno que muchas personas experimentan al menos una vez en la vida. Es una experiencia que nos resulta extraña y hasta nos puede atemorizar. Al vivenciar esto, es común que nos surjan algunas preguntas. Nos cuestionamos acerca de las causas, de qué trata y por qué sucede. En Desde Matanza vamos a despejar estas dudas.
¿Qué es la parálisis del sueño?
La parálisis del sueño es una parasomnia. Se trata de la incapacidad de moverse o hablar justo antes de dormir o al momento de despertar. La particularidad de este fenómeno es que la persona es totalmente consciente de su incapacidad de mover el cuerpo o hablar. Esto puede generar cierta desesperación o temor intenso.
Muchas personas además experimentan alucinaciones durante estos episodios. Se trata de experiencias que pueden ser táctiles, auditivas o visuales. Algunas personas creen escuchar sonidos que les provocan la sensación de estar amenazados. Entre los ruidos que se escuchan tenemos sonidos de puertas abriéndose o pasos, y esto va acompañado de la impresión de que hay una presencia en la habitación. Muchas personas manifiestan también dificultades para respirar o sensaciones de una asfixia inducida. Esto los lleva a creer que su vida está en riesgo. Además, a algunos les parece ver sombras o figuras que les provocan un temor intenso; si bien nada de todo esto es real.
¿Cómo se producen?
Las parálisis suceden en una etapa específica del sueño. Este está dividido en ciclos, que van desde los inicios del adormecimiento hasta el momento en que nos dormimos por completo. Existen las fases de Movimientos Oculares Rápidos (MOR) y las fases no MOR. Durante la etapa MOR, los ojos se mueven rápidamente pero nuestro cuerpo está relajado.
Las parálisis del sueño ocurren en el traspaso de una etapa del sueño a la otra. Al despertarnos bruscamente en la fase MOR, nuestro cerebro, que está despierto, no coincide con nuestro cuerpo, que está aún dormido y no puede moverse. Esto nos da la sensación de que estamos paralizados. Estos episodios generalmente finalizan por sí solos luego de algunos segundos, pero pueden llegar a durar hasta 2 minutos.
¿Qué hacer durante estos episodios?
Lo primero que hay que saber es que el pánico intensificará más la dificultad de poder salir de la parálisis. Las primeras veces puede ser difícil tener un control sobre el miedo, pero lo que se recomienda es que, al momento del episodio, intentemos comenzar a mover de a poco cada una de las partes de nuestro cuerpo. Además, es bueno levantarse de la cama y despejarse un poco luego de padecer este fenómeno. Lo ideal es que pasen algunos minutos antes de volver a conciliar el sueño.
Causas de las parálisis
Generalmente, esta alteración es algo normal y no trae mayores problemas. Algunos de los factores que pueden fomentar la aparición de estos fenómenos son el estrés, la falta de horas de sueño como consecuencia del trabajo o dormir boca arriba. También, las parálisis pueden ser más frecuentes en personas con depresión o ansiedad.
Cuándo consultar con un médico
Si tus parálisis del sueño se tratan de casos aislados y suceden muy de vez en cuando, no hay por qué preocuparse. Pero si los episodios son muy reiterativos, se puede consultar a un médico.
Este fenómeno también está asociado a la narcolepsia, un trastorno crónico que provoca un sueño extremo e inevitable durante el día. Este padecimiento produce además perdida involuntaria del control de los músculos. En caso de contar con síntomas de esta patología, el especialista realizaría estudios del sueño, pero si usted no presenta ningún indicio de padecer la enfermedad, esto no sería necesario.
¿Qué hacer para evitar las parálisis?
La mejor solución anti parálisis es dormir bien. Para ello se recomienda:
- Mantener una regularidad en el sueño e intentar dormir dentro de los mismos horarios.
- Es importante que el espacio en el que durmamos sea de nuestro agrado y nos brinde comodidad. Para ello es necesario que la habitación este a oscuras y sea fresca, y que no haya una alta exposición a la luz.
- Evitar las siestas de mas de una hora y media.
- Intentar no consumir alcohol ni sustancias perjudiciales.
- No utilizar dispositivos electrónicos antes de ir a la cama.
- Cenar considerablemente antes de acostarnos.
Escrito por Ludmila Morrison
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