
(Desde Washington, Estados Unidos) — El próximo director del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI), Nigel Chalk, remarcó la importancia de bajar la inflación y acumular reservas en el Banco Central, en medio de las turbulencias financieras que atraviesa la Argentina y mientras aún no se conocen los detalles técnicos del salvataje económico otorgado por Estados Unidos.
“Creo que buscamos un conjunto coherente de políticas macroeconómicas que incluyan políticas para reducir la inflación y la acumulación de reservas, pero también políticas que sienten las bases para un crecimiento sólido y sostenido en Argentina”, sostuvo Chalk, quien desde fin de mes tendrá en su agenda de trabajo el programa económico acordado entre la Casa Rosada y el FMI.
La directora gerente del organismo, Kristalina Georgieva, colaboró con el funcionario estadounidense Bessent para articular el paquete de ayuda del Tesoro, y ha mantenido en las últimas semanas una serie de encuentros con el ministro Luis Caputo.
En ese contexto, Chalk confirmó la coordinación entre el staff técnico del FMI y el equipo que asesora al Tesoro norteamericano. “Nuestro personal ha dedicado muchas horas y ha estado muy involucrado tanto con Argentina como con el Tesoro estadounidense en este proceso. Nos comprometemos a trabajar con ambas partes para apoyar la estabilidad y el crecimiento en Argentina”, señaló el economista durante la conferencia.
Reducir la emisión monetaria, alcanzar el déficit fiscal cero y lograr la acumulación de reservas internacionales. A mediano plazo, el programa también prevé reformas impositivas, laborales y previsionales.
La administración de Javier Milei logró cumplir ampliamente los objetivos de déficit y emisión, pero debió solicitar un waiver —un perdón formal— durante la primera revisión del board del FMI, al no haber alcanzado las metas de reservas.
Este desvío expuso las dificultades estructurales del plan de ajuste y derivó en el salvataje financiero impulsado por Donald Trump, con el objetivo de respaldar la agenda económica del presidente Milei. La sintonía personal e ideológica entre ambos líderes facilitó la activación de un mecanismo excepcional de asistencia, utilizado por última vez por Estados Unidos en 2011, tras el terremoto que afectó a Japón.
Desde el Fondo Monetario destacaron que el respaldo de Washington reforzará la posición de reservas argentinas, permitiendo al país afrontar sus compromisos con bonistas privados y organismos multilaterales.
Entre enero y julio de 2026, el Gobierno deberá cancelar alrededor de 9.000 millones de dólares en vencimientos con acreedores privados, además de los pagos de capital pendientes con el FMI.
Se trata de una cifra que supera ampliamente las reservas disponibles del Banco Central, lo que deja a la Argentina dependiente de la asistencia estadounidense para evitar un nuevo escenario de default financiero.