El jefe de Gabinete de la Nación Santiago Cafiero develó este jueves la que calificó como “una gran noticia”. Se trata de la firma de un acuerdo entre la Argentina y Moderna, el laboratorio estadounidense que desarrolló la vacuna homónima contra el Coronavirus. El contrato, que se cerrará el próximo lunes, se logró días después de la sanción del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 431/21 que modificó la ley de vacunas, fuertemente criticada por la oposición. En este marco, el gobierno de Alberto Fernández celebró con ímpetu el acuerdo con Moderna. Pero ¿cuál es su verdadero impacto político y sanitario?

Ante la Cámara de Diputados, Cafiero remarcó que “el marco normativo logrado” por el decreto fue lo que permitió cerrar el acuerdo. También otros funcionarios se expresaron en la misma línea, como la secretaria Legal y Técnica Vilma Ibarra, quien presentó la medida junto a la ministra de Salud Carla Vizzotti. Ibarra defendió que el DNU destrabaría las conversaciones con “los laboratorios proveedores que manifestaron la imposibilidad de contratar” bajo la ley de vacunas vigente. Dicho y hecho, el acuerdo con Moderna llegó pocos días después de la sanción del decreto. Por todo esto, para el oficialismo, la firma del contrato solo puede significar que su jugada tuvo éxito. Sin embargo, la oposición tiene algo que decir al respecto.
Para entender qué significa la incorporación de una nueva vacuna al país, primero hay que relevar el disputado contexto en que tuvo lugar. En noviembre de 2020, el Congreso aprobó, con el voto favorable de la oposición, la Ley 27.573, más conocida como “ley de vacunas”. La norma regula el proceso de adquisición de dosis contra el Covid-19. Según trascendió, serían algunos artículos de esa disposición, como la famosa causal de “negligencia” y las “maniobras fraudulentas y conductas maliciosas”, los que habrían truncado las negociaciones con laboratorios como Pfizer. Los dichos de Vilma Ibarra confirman esa información.
Desde entonces, la oposición hizo propio el reclamo de cambiar la ley para así alcanzar un acuerdo con los fabricantes. Concretamente, el pedido se centró en importar Pfizer – BioNTech, la única vacuna “pediátrica” (aprobada para menores de 18) en Estados Unidos y Europa. Según referentes opositores, en la Argentina unos 100 mil niños, niñas y adolescentes padecen enfermedades que los vuelven población de riesgo frente al Coronavirus. Pero ninguna de las vacunas que se distribuyen en el país -Sputnik V, AstraZeneca y Covishield- está autorizada para ese grupo etario en occidente.
De hecho, la semana pasada, la diputada nacional por la Ciudad de Buenos Aires Carmen Polledo, opositora, requirió tratar en la cámara un proyecto de ley que modifique la 27.573. La legisladora explicó que hay menores con factores de riesgo que necesitan una vacuna pediátrica “y la única que pueden recibir es la de Pfizer. No es un invento ni un capricho”. Su solicitud fue rechazada con 122 votos negativos y 102 positivos. Sin embargo, el gobierno anunció el decreto 431/21 tan solo al día siguiente.

Cumplido el reclamo de la oposición, el DNU no abrió el camino para Pfizer, al menos aún, sino para otro fabricante estadounidense. Entonces cabe preguntar: ¿es Moderna una vacuna pediátrica? Eso sostuvo Santiago Cafiero el jueves, cuando aseguró que “se trata de un laboratorio americano que está desarrollando vacunas pediátricas”. Pero en realidad la aplicación de Moderna en menores de 18 todavía no fue autorizada en ninguna parte. Si bien se están realizando investigaciones y la misma empresa comunicó que es efectiva en adolescentes, hasta ahora la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) norteamericana no la aprobó.
Se podría argumentar que los estudios son prometedores, y ello no sería exclusivo de Moderna. En China, el gobierno autorizó la aplicación pediátrica de las vacunas Sinovac y Sinopharm. También están bajo examen otras fórmulas como la de Sputnik V y la producida por Johnson & Johnson. Además, juega a favor de Moderna su similaridad con Pfizer – BioNTech, principalmente porque ambas vacunas se desarrollaron a partir de ARN mensajero. Debido a esto, es cierta la posibilidad de que el uso pediátrico de Moderna se autorice pronto, por más que eso no resuelva la necesidad de los menores aún.
Los niños, niñas y adolescentes argentinos con enfermedades de riesgo siguen esperando la aprobación de un inmunizante que puedan aplicarse. Por ello, recientemente, el gobierno decidió solicitar a la empresa Sinopharm la información en la que se basó para autorizar su uso pediátrico en China. El objetivo es analizar los datos y, si la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) los corrobora, aprobar la fórmula. Aún no hay noticias al respecto.

En síntesis, la Argentina posee una nueva legislación que permitió la llegada de una nueva vacuna. Esa es una buena noticia, aunque sus dosis no puedan destinarse a niños, niñas y adolescentes. Asimismo, desde hace semanas es vital completar los esquemas de vacunación, en especial frente a la amenazante llegada de la variante Delta al país. Presumiblemente Moderna lo facilitará, ya que se constituye de dos componentes iguales, tal como los inmunizantes de AstraZeneca – Oxford y Sinopharm.
Además, la vacuna cuenta con una alta eficacia. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), ronda el 94,1% en la protección contra el virus 14 días tras la primera dosis. Y no termina ahí: el organismo comunicó que “las nuevas variantes” del virus “no alteran la eficacia de la vacuna”. Por su parte, tanto Estados Unidos como Europa autorizaron a Moderna. Irónicamente, y pese a la firma del acuerdo con el laboratorio, la vacuna aún no fue aprobada por la Anmat.
El escenario depara una buena noticia. Es que la Argentina se encuentra entre los 15 países de más de un millón de habitantes que más dosis por población han aplicado durante la última semana. Y se halla cuarta a nivel continental, solo superada por Canadá, Cuba y Uruguay. Ello significa que el ritmo de vacunación del país es de los mejores del mundo actualmente, y sobrepasa incluso al de potencias como Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Alemania, de acuerdo con cifras de Our World In Data.
Por último, cabe destacar que, al jueves, el 41,1% de la población nacional recibió al menos una dosis. De ellos, el 10,5% completó su esquema, lo que equivale a un argentino cada diez. Si se mantiene la velocidad de vacunación, Moderna traerá más inmunizados muy pronto.
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