En la antesala de una reunión clave en la que el directorio del Fondo Monetario Internacional (FMI) debatirá la revisión del programa económico acordado con la Argentina, el organismo publicó su informe de perspectivas económicas globales (World Economic Outlook, WEO), en el reporte, el FMI sostiene su previsión de crecimiento del 5,5% del PBI mundial para este año, aunque advierte una desaceleración de la actividad en el cierre del primer semestre.
Durante la presentación del informe, el economista en jefe del Fondo, Pierre-Olivier Gourinchas, señaló que, pese al crecimiento sostenido en algunas economías, persisten desafíos como la inflación y los riesgos financieros. En el caso puntual de la inflación global, el FMI proyecta que los precios podrían aumentar entre un 18% y 23% en 2025, aunque se trata de estimaciones generales que pueden variar según las condiciones locales de cada país.
Este contexto internacional cobra relevancia para la Argentina, cuya economía atraviesa un proceso de ajuste profundo bajo la supervisión del FMI. El informe llega en un momento delicado, con el país buscando cumplir con las metas fiscales y monetarias establecidas en su acuerdo de facilidades extendidas.
Economía busca frenar el dólar con tasas del 65% y coloca deuda por $9 billones
Mientras el Fondo analiza el cumplimiento de metas por parte del gobierno argentino, el Ministerio de Economía llevó adelante una nueva licitación de deuda en pesos. Con el objetivo de contener la presión sobre el dólar, la cartera que conduce Luis Caputo ofreció tasas anuales de hasta el 65,3%, y logró captar más de 9 billones de pesos en letras y bonos.
La operación se dio en un contexto en el que vencían más de 11 billones, por lo que el resultado dejó un leve saldo pendiente de renovación. Sin embargo, desde el Gobierno valoraron positivamente la absorción de pesos del mercado, con el objetivo de evitar una corrida cambiaria y mantener cierta estabilidad financiera en las semanas previas a definiciones clave del programa con el FMI.
La estrategia de renovar deuda a altas tasas forma parte de un esquema más amplio de política monetaria contractiva, en línea con los compromisos asumidos con el organismo multilateral. A medida que se acerca la discusión técnica con el Fondo, el equipo económico busca mostrar señales de disciplina fiscal y control de la emisión.