Sigue el recorte: El Gobierno define su mesa federal y anticipa nuevos vetos

El Gobierno nacional anunció que la convocatoria a los gobernadores para integrar una mesa federal tendrá un criterio restrictivo. Según se informó, solo serán convocados aquellos mandatarios provinciales que, a juicio del Ejecutivo, demuestren un “espíritu de cambio”. De este modo, una de las novedades posteriores a la derrota electoral en la provincia de Buenos Aires no estará destinada a ampliar el diálogo, sino a reforzar los vínculos con aquellos actores considerados más afines.

La decisión marca un rumbo político que prioriza la cercanía ideológica y las coincidencias estratégicas por encima de la apertura a otras posiciones. En medio de un escenario de tensiones entre la Nación y las provincias, la conformación de esta mesa federal aparece como un espacio clave, pero limitado desde su origen por la propia selección de sus integrantes.

Cadena nacional y presupuesto 2026

En paralelo, el Gobierno confirmó que el próximo lunes a la noche se transmitirá una cadena nacional. El eje de esa comunicación será la presentación del presupuesto 2026, documento central para delinear la política económica del año entrante. La decisión de anunciarlo por cadena nacional responde a la intención de darle una fuerte impronta institucional y, al mismo tiempo, marcar una posición clara de cara a la ciudadanía tras el traspié electoral bonaerense.

La difusión de los lineamientos presupuestarios no solo busca fijar prioridades económicas, sino también enviar un mensaje político en el contexto de las recientes derrotas electorales. El Gobierno pretende mostrar iniciativa y control de la agenda, en un momento donde los cuestionamientos se acumulan desde distintos sectores.

La designación de Lisandro Almirón

En ese mismo marco, ayer se oficializó la designación de Lisandro Almirón como ministro del Interior. Hasta ahora, Almirón se desempeñaba como secretario en esa misma área. La cartera había sido eliminada del organigrama gubernamental en etapas anteriores, pero ahora es restituida con el objetivo de ordenar la relación con las provincias.

El flamante ministro tendrá la tarea principal de gestionar el vínculo con los gobernadores. Se trata de un rol de alta exposición en un momento de tensiones políticas y fiscales. Como primer paso en su nueva función, Almirón confirmó ayer que el Gobierno avanzará con el veto a la ley impulsada por los mandatarios provinciales. La medida agrega un elemento más de confrontación en la relación Nación-provincias y marca un inicio desafiante en su gestión.

La restitución del Ministerio del Interior también simboliza un cambio en la estructura del Ejecutivo. En este caso, responde a la necesidad de centralizar las negociaciones con los distritos y otorgar un canal directo para la resolución de conflictos.

Los vínculos políticos de Almirón

Lisandro Almirón es un dirigente de estrecha confianza del actual jefe de Gabinete, Guillermo Francos. La relación entre ambos se remonta a la infancia. Los une una historia de larga data que tiene como punto de referencia la figura de Juan José Catalán, padre de Almirón.

Catalán fue ministro de Educación y Cultura durante la última dictadura militar, en el gobierno de Jorge Rafael Videla. Además, tuvo una activa participación política como militante del Partido Federal, donde compartió espacios de militancia con el propio Francos.

Ese vínculo histórico se trasladó con el tiempo hacia la relación personal y política entre Francos y Almirón. Ahora, el joven dirigente asume la responsabilidad de conducir el Ministerio del Interior en un momento donde las decisiones en torno al federalismo y la distribución de recursos se encuentran en el centro del debate.

Un escenario con tensiones abiertas

La convocatoria a una mesa federal solo con gobernadores seleccionados bajo el criterio de “espíritu de cambio” y el anuncio del inminente veto a la ley provincial son decisiones que marcan el tono de la nueva etapa. La designación de Almirón, en tanto, consolida la influencia de Guillermo Francos en el gabinete y refuerza una línea de continuidad en la estrategia de conducción política.

El lunes por la noche, con la cadena nacional sobre el presupuesto 2026, el Gobierno buscará instalar un mensaje que combine firmeza y planificación. Sin embargo, el trasfondo de conflictos con los gobernadores y las tensiones derivadas de los vetos anticipan un escenario de fricciones.

En este contexto, la reconstrucción del Ministerio del Interior y la apuesta a un funcionario de confianza se convierten en una pieza central para el Ejecutivo. Almirón deberá administrar un delicado equilibrio: representar la voluntad de un gobierno que prioriza la selección de interlocutores y, al mismo tiempo, gestionar los reclamos de provincias que exigen un tratamiento equitativo en la distribución de recursos.

El futuro inmediato estará marcado por la cadena nacional, la discusión sobre el presupuesto y las consecuencias políticas del veto anunciado. Todo en un escenario donde la mesa federal, lejos de ser un espacio de ampliación del diálogo, comienza limitada por la definición de quiénes serán sus invitados.

Escrito por Desde Matanza

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