Conversamos con la psicóloga Reina Bogdanoff Marcovich sobre parejas y la cuarentena. Testimonios de relaciones a distancia, convivencia y apps de citas. En pandemia, el amor ¿florece o se marchita?
El Coronavirus repercutió con fuerza en todos los ámbitos de la vida cotidiana, y eso no debería ser sorpresa para nadie. Pero en tiempos en que la incertidumbre y el miedo son moneda corriente, una costumbre surge más afectada tal vez que cualquier otra: amar. El amor en pandemia es un juego difícil: pone constantemente sobre la mesa la capacidad de vincularse y fortalecerse frente a duros obstáculos como la cuarentena y la distancia. Amar, tanto como conocer gente nueva, hoy es todo un desafío.

¿Cómo afianzar la pareja para que “sobreviva” a la pandemia? ¿Cómo salir en busca de otra persona cuando todos se quedan en casa? Sobre ello y más consultamos a la psicóloga Reina Bogdanoff Marcovich, licenciada en la Universidad de Buenos Aires (UBA), en base a experiencias que compartieron muchos jóvenes. La especialista señala que “mantener una relación vía chat, no poder juntarse seguido y verse nada más que por una cámara complica cualquier relación; más aún en la parte sexual y de las necesidades fisiológicas”. Entre restricciones, aislamiento, pantallas y cuidados, surge una pregunta: en pandemia, el amor ¿florece o marchita?
Hubo poco más contraindicado durante el 2020, en Argentina, que tomar algo en un bar, salir a una fiesta o juntarse con muchos amigos. “Conocer gente nueva fue complicado” en medio de la cuarentena, afirma Bogdanoff. “Las relaciones eran por chat, con distancia social, el barbijo y todos los cuidados que hay que tener”, continúa. Todo ello afectó negativamente en la motivación de los solteros, afirma la psicóloga.
Muchos argentinos conocieron a nuevas personas por redes sociales durante el año y medio que lleva aquí el Coronavirus. Las apps de citas fueron las reinas del show: a mediados de 2020, el 24% de sus usuarios declararon que no las utilizaban antes de la pandemia, según una investigación que condujo la consultora Opinaia en el país. Además, el estudio arrojó que el 13% de los argentinos tenía alguna de las principales aplicaciones en su celular entonces.

Una de ellos fue Agustina (21), quien se encontró con otra persona tras semanas chateando por Tinder, una de las redes más populares para conocer gente nueva. “Un amigo me bajó la aplicación porque habíamos hablado sobre lo difícil que es conocer gente sin salir a bailar ni nada parecido”, cuenta. Confiesa que, por las restricciones, “estuvimos casi dos meses hablando para después conocernos personalmente, y en otro contexto no se habría dado así”.
También Abril (21) descargó Tinder en 2020, pero afirma que le costó animarse a los encuentros por miedo al Coronavirus. “Eso me pasó por muchos meses: estar paranoica y no querer conocer gente”, recuerda. La especialista Bogdanoff asiente: “Muchos pudieron sortearlo y llevarlo, pero a otros les tomó bastante”. Explica que “a los que no tenían pareja les fue difícil porque siempre estaba del otro lado el miedo al virus”.
A todas luces pareciera que la cuarentena fue el mayor enemigo del amor en pandemia. Tanto si las personas se vieron obligadas a convivir todos los días como en el caso de las parejas separadas en casas distintas, el aislamiento se convirtió en un obstáculo difícil de superar. Bogdanoff distingue dos situaciones: “A las parejas que tenían un muy buen vínculo las fortaleció más, pero a las que tenían sus problemáticas las incentivó a terminar diluyendo la relación”.

Para aquellos que compartieron vivienda durante meses, el día a día trajo aparejados montones de inconvenientes. “Muchas personas decidieron separarse como consecuencia de estar las 24 horas compartiendo el mismo espacio, discutiendo por tonterías, no dándose lugar personal”, apunta la psicóloga. Remarca que “en la convivencia hay que establecer reglas para sobrellevarla de la mejor manera posible y que todos salgan ganando”.
Sofía (20) conoció a su pareja “de casualidad”. Asegura que “es complicado conocer gente en la pandemia”, y que, si el vínculo prospera, “se vuelve una relación a distancia” por las restricciones. “Es complicado estar lejos y muy pocas personas aguantan”, sostiene. Ninela (19) está de acuerdo: ella y su novio iban “siempre a la casa del otro, y por eso también surgieron problemas. No podíamos salir a hacer otras cosas”.

Las relaciones a distancia también tuvieron sus complicaciones. Para Juan (22), sobreponerse a la lejanía “requirió mucha confianza en la otra persona. La distancia es una desventaja que a la larga termina saliendo mal, por inseguridades, falta de tacto y pérdida de conexión”. Paula (22), quien pasó un año sin juntarse con su novio, es el caso opuesto. Al final la pareja salió fortalecida: la cuarentena “afianzó muchísimo lo que nos queremos, porque pasó tanto tiempo sin vernos y seguimos queriendo todo de esa persona”, revela.
Cuarentena, restricciones, virtualidad y la pregunta del millón: ¿es viable el amor en pandemia? Bogdanoff contesta sin vueltas: “En tiempos de pandemia, las relaciones se marchitan”. Pero la respuesta tiene sus matices: depende de la pareja superar las dificultades de la época, y la experiencia comprueba que sí es posible. Para la especialista “tienen que ser relaciones fuertes y establecidas, donde haya amor de los dos lados para que se toleren los miedos”.
La psicóloga explica que el miedo al virus puede tensar el vínculo. “Lleva a que muchas personas no quieran estar en contacto estrecho ni sentimental con otro más que por medio de una pantalla. Algunos con sus propias parejas no quieren compartir ni el mate”, cuenta. Ello puede resultar en relaciones frágiles que “se terminan rompiendo: lamentablemente cualquier vientito las quiebra”. Bogdanoff concluye: “Para mí se marchitaron muchas relaciones – más de las que florecieron”.
Aunque su experiencia es otra, Agustina (23) no disiente. “Hay relaciones que florecieron aún en estas circunstancias, pero deben ser las menos. Definitivamente las relaciones en una situación así se marchitan”, sostiene. Cree que “las circunstancias hicieron que estemos con miedo y angustia, y eso deteriora todas las relaciones humanas”.
Por el contrario, Laura (20) relativiza el impacto de la pandemia en las parejas. Conoció a una persona este año en Tinder y, si bien admite que en 2020 habría sido más complicado, confía que “habría sido más difícil venir de una relación y tener que atravesar la pandemia así”. A pesar de algunas limitaciones, destaca que no siente diferencias con las relaciones previas a estos tiempos.
Muchos de estos testimonios dan fe de esa esperanza. Más allá de la cuarentena, las restricciones y la nueva normalidad, depende de cada persona que el amor en pandemia se marchite o florezca.
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