El ministerio de Salud prohibió hoy la importación, distribución, comercialización, publicidad, y cualquier modalidad de promoción y patrocinio “en todo el territorio argentino de los sistemas o dispositivos electrónicos destinados a inhalar vapores o aerosoles de tabaco”, habitualmente conocidos como “vapeadores” o “cigarrillos electrónicos”, ya que los considera “potencialmente dañinos para la salud”.
La Resolución entrará en vigencia a partir de mañana, se indica en el artículo 3 de la norma que firma la ministra Carla Vizzotti. Incluye a los llamados “Productos de Tabaco Calentado” o PTCs; que, a su vez, consisten en una barra de tabaco (HeatStick) y un dispositivo de calentamiento de tabaco alimentado por batería.
Según la Resolución 565/2023 de la cartera sanitaria, la prohibición se extiende “al funcionamiento de dichos sistemas o dispositivos, como asimismo a cartuchos y barras de tabaco para ser calentadas en dichos sistemas”. La norma recuerda también que el cigarrillo electrónico fue prohibido por la Administración Nacional de Medicamentos y Tecnología Médica (ANMAT) por Disposición 3226/2011.
En los considerandos de la normativa, se explica que, “en un contexto de retracción del consumo de productos de tabaco en muchos países del mundo, las compañías tabacaleras y otras empresas han introducido en el mercado nuevos productos alternativos, como los dispositivos electrónicos para fumar o inhalar aerosoles con o sin nicotina, que son los llamados cigarrillos electrónicos (CE) y más recientemente los productos de tabaco calentado (PTCs)”.
Estos dispositivos, explica, se promueven en reemplazo de los cigarrillos convencionales. Eso sucede “especialmente donde se prohíbe fumar, aduciendo que están desprovistos de los efectos deletéreos de los productos de la combustión del tabaco”. Sin embargo, estos nuevos productos también contendrían sustancias peligrosas para el consumo humano.
La resolución indica que los PTCs producen “aerosoles con nicotina y otras sustancias químicas como el acetaldehído, la acroleína y el formaldehido”. Estos elementos son “dañinos y potencialmente dañinos para la salud”. Debido a ello, los productos conllevan “un potencial riesgo para la salud de la población y el desarrollo de comportamientos adictivos en los jóvenes”.
En la Argentina, el consumo de cigarrillos electrónicos presenta valores relativamente bajos. En la población adulta, alcanza al 1,1%, según la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo 2018. No obstante, “se observó un alarmante porcentaje de uso entre los adolescentes, que según la Encuesta Mundial de Tabaco en Jóvenes del año 2018, alcanzó al 7% de la población de 13 a 15 años”, se agrega.
Fuente: Télam
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