Hace apenas unas semanas la visita de Bill Nelson, director de la NASA, y la sumatoria de Argentina al proyecto Artemis, se viralizó y dio que hablar por varios días seguidos. A su vez, su paso por la CONAE puso en el foco nuevamente a este organismo que a veces pasa desapercibido por los argentinos.
La CONAE es el organismo del Estado Nacional que impulsa proyectos espaciales. Está encargado de las misiones satelitales, el acceso al espacio y la información satelital que es aplicada en la Argentina. En esta comisión se trabajan diversos programas espaciales, pero en este último tramo su enfoque fue dirigido hacia 2 en específico.
Por un lado, está el Proyecto Tronador, que busca desarrollar vehículos lanzadores que permitan la colocación en órbita de satélites de observaciones de la tierra, desde nuestra nación. Por otro lado, se encuentra al proyecto SABIA-Mar, el Satélite de Aplicaciones Basadas en Información Ambiental del Mar, que se espera orbite para el 2025.
El jefe de Proyecto de la misión del SABIA-Mar, Martín Álvarez, nos explicó el funcionamiento que tendría este satélite para la Argentina. Afirmó que servirá para poder medir la salubridad del mar y la cantidad de alimento que hay a nivel de peces. Además, de medir las variables de turbidez y radiación.

Asimismo aseguró que: “Lo que son recursos humanos y facilidad del país, no tenemos nada que envidiar a otros a organismos satelitales exteriores”. Esto va de la mano al hecho de que la CONAE trabaja en conjunto con diferentes organismos, universidades y personal especializado de todo el país.
“Lo que quizá adolece a la Argentina en algún sentido es el equipamiento o alguna instrumental que es necesario para integrar y ensamblar los satélites. Pero eso es natural, porque realmente son equipos producidos por empresas muy específicas. No son rentables para el país”, comentó Álvarez sobre la CONAE y la forma en la que el organismo impulsa proyectos espaciales.
El jefe del proyecto explicó que el satélite estaría compuesto por cámaras que permitirían medir la clorofila del agua de nuestros mares y costas. Además, no solo sirve a nivel marítimo, sino que permitiría estar adelantados a emergencias climáticas y planeamiento urbano.

El SABIA-MAR realizó sus pruebas más recientes a fines de julio, y lograron llegar a resultados muy correctos a base de lo que esperaban. Concretamente, nos comentaba Martin Álvarez, los ensayos se realizaron en torno a los paneles solares que cubrirían al satélite que buscan poner en órbita.
“El panel solar concentra la energía del sol, la acumula, la guarda y se la da al satélite para operar. Por esto son vitales”, comentó. Y explicó que: “La idea es emular las condiciones del sistema cuando esté en el espacio en cuanto a temperaturas, radiaciones, acústica y demás.”
Por otra parte, la CONAE también se encuentra desarrollando el lanzador argentino de satélites: Tronador II. Este vehículo forma parte del Proyecto Inyector Satelital Para Cargas Útiles Livianas (ISCUL) del Programa de Acceso al Espacio de la CONAE.
El Gerente del Acceso al Espacio, Daniel Rocca, nos informó sobre las últimas actualizaciones del proyecto que también estaría en etapas de pruebas. “El Tronador II espera dotar a la Argentina de la capacidad de acceso al espacio de forma propia”, aseguró. De esta manera, lo que se busca es poder despegar un vehículo desde el suelo nacional que lleve nuestros propios satélites a la órbita terrestre.

Esta investigación tiene como meta el poder operar y adquirir información satelital para luego generar bienes y servicios basados en ello. “El principal fin es dotar de una capacidad estratégica al país. Así como lo fueron en su momento los trabajos realizados sobre la energía atómica y radares dominados acá”, afirmó Rocca.
Según nos comentó el gerente de la CONAE, la Argentina ya domina el desarrollo de: misiones propias, del diseño y las fabricaciones en ensayos satelitales. Lo que le faltaría, es dominar este proyecto para tener control de acceso al espacio desde nuestro territorio.
“El ritmo del financiamiento por supuesto que influye, pero también los recursos humanos que están involucrados son específicos, son muy requeridos en el mundo”, aseguró. Y agregó: “La coyuntura que vivimos los argentinos nos toca de la misma manera, son muchos desafíos que hay que vencer, no solamente tecnológicos”.
Tanto la misión del SABIA-Mar como la del Tronador II se encuentran actualmente en pruebas y ensayos constantes. La idea de las mismas es poder seguir avanzando con las metas y cumplir con los tiempos estipulados en un inicio de ambos proyectos.

“Lo que hicimos fue un primer ensayo de este tronador. Fueron 100 segundos de duración, y es el tiempo más largo que hemos logrado hasta el momento”, comentó Rocca con respecto al lanzador. “Estamos dominando la tecnología de refrigeración para la duración de tiempo esperado que son aproximadamente diez minutos”, aclaró.
Por su parte, en cuanto al SABIA-Mar, Martin Álvarez aseguró que: “El proyecto está previsto llegar a su etapa de lanzamiento para el 2025”. También agregó: “La etapa de pandemia nos afectó, por la no llegada de los componentes, pero actualmente estamos sólidos para cumplir las metas planteadas”.
“Son proyectos muy desafiantes y es trabajar con tecnología de punta que abre derrame tecnológico. Sería muy positivo para Argentina que logre esta capacidad tecnológica en el mediano plazo”, concluía el Jefe de Acceso al Espacio de la CONAE.
Estos avances en los proyectos espaciales solo posicionan al país en un lugar mucho más alto en cuanto al desarrollo de la tecnología nacional. Conjunto a los nuevos lazos de Argentina-NASA, y las promesas sobre astronautas argentinos viajando hacia la estación espacial internacional, las expectativas aumentaron notoriamente el nivel de la CONAE y la forma en que impulsa los proyectos espaciales.