Corrientes fue sede de una de las mayores catástrofes medioambientales en la historia argentina, no solo para sus habitantes, sino para todo el país. (tema: Corrientes incendios)
Los incendios en Corrientes dejaron a toda una provincia y a todo un país completamente estupefacto. La movilización de bomberos y rescatistas voluntarios se amplificó, así como también las donaciones por parte de múltiples zonas del país. Esta cuestión abrió nuevamente temas como la protección ambiental, y los incendios provocados. Y, sobre todo, invitó a la reflexión sobre el accionar humano frente a problemáticas como estas. (tema: Corrientes incendios)

La provincia se encuentra reponiéndose de los incendios, que se elevaron como un fenómeno ambiental y social. En este momento, se han apagado todos los focos como consecuencia de las lluvias acontecidas a lo largo de la provincia, si bien la temperatura y la humedad siguen siendo altas. Del mismo modo, esto fue posible especialmente gracias al trabajo de los bomberos y brigadistas, que arriesgaron sus vidas para sofocar los distintos incendios.
Alrededor de cuatro mil trescientos bomberos voluntarios y brigadistas de dentro y fuera de la provincia se movilizaron para lograr apagar el fuego. Además, muchos vecinos en distintas localidades se congregaron para detener el avance. En el proceso, todos ofrecieron sus recursos limitados.

Por su forestación y por ser sede de los bosques nativos, las zonas mas afectadas por el fuego fueron Santa Rosa, Santo Tomé e Ituziangó. Estas dos últimas son zonas donde se concentra gran parte de la ganadería, que representa casi el 40 por ciento del Producto bruto general provincial. A su vez, cabe aclarar que Corrientes es una de las regiones en Argentina con mayor superficie de bosques. Esto dificultó notablemente el apagado del fuego en la provincia
No obstante, hay dos cuestiones relevantes que analizar a la hora de mencionar las consecuencias de los incendios correntinos. Estas son la manera en que estos afectaron a los pequeños productores y a los animales locales.
Uno de los sectores de Corrientes más golpeados y en donde se destacan las consecuencias de los incendios es en la ganadería. Particularmente, entre los pequeños productores ganaderos. Así, para el periodista correntino Juan Martínez, el panorama provincial tras los incendios en general es “triste y desolador”.

“Con los animales que se perdieron, se murieron, se escaparon o se robaron los productores estaban por pagar lo que significaría el año-calendario de impuesto. Y ahora se perdió esa posibilidad”, manifiesta Martínez. Además, indicó que, aunque se exima de impuestos a los productores este año y el siguiente, “los ciclos en ganadería son de tres años”.
“¿Cómo haces para tener la plata para el año que viene para pagar los impuestos?, No hay forma. La naturaleza tiene sus propios momentos y aunque siga lloviendo ahora el pasto y el campo necesita tiempo para poder repoblar y que crezca”
Hace hincapié en el limitado campo de acción de los pequeños productores al enfrentar la crisis provocada por el desastre.

“Después ¿qué van a hacer? ¿De dónde van a sacar animales para que vuelvan otra vez a producir lo necesario para cada productor?”, reflexiona. “Y mientras costeas todo eso ¿Cómo vive el pequeño productor? ¿De qué vive el pequeño productor?”
En cuanto a la respuesta de las autoridades, Martínez opina que pudieron haber estado “más atentos” y que se “reaccionó tarde”. A su vez, recalca que el fuego tardó al menos “tres meses en prenderse en las distintas partes de la provincia”.
“Ahora yo tengo que demostrar que se me quemó todo y que se me murieron los animales para que el Estado pueda darme una moneda. Pero con 300.000 pesos solo compras dos terneros y no te alcanza para un toro. Un toro vale un millón y medio de pesos”.
La crisis económica que sufre actualmente Corrientes luego de dos años de pandemia se vio acrecentada por este suceso. Las pérdidas se calculan en al menos ochenta mil millones de pesos de perdida. La falta de circulación monetaria y comercio se endureció también por la falta de consumo popular y apoyo.

“Esto será un impacto a corto plazo para todos los niveles de la provincia porque va a ser una falta circulante en todos los niveles. No solamente la gente que se dedica al campo. Acá el campo mueve todo. La gente estaba muy preocupada y a la vez muy dolida porque provincia no reaccionaba, Nación no reaccionaba. Estábamos solos en todos los sentidos”, comentó Martínez.
El gobierno comunicó recientemente una serie de subsidios y préstamos a los productores, dependiendo su perdida y la cabeza de ganado. Los préstamos serán brindados tanto por el Banco Provincia ubicado en Corrientes, como por la banca privada correntina.
Frente a estos hechos y valores, el periodista expone que el pequeño productor “perdió su capital de trabajo”. Por otra parte, el profesional revela que la mayoría de estos productores “ya tienen su préstamo tomado”.
“Me contaron unos amigos productores que para pasar estos años de pandemia tuvieron que sacar créditos para pagar sueldos, para comprar repuesto y seguir produciendo. Están ahorcadísimos. No tienen capacidad de sacar crédito. No solo en la provincia. En todo el país”.
Esta dificultad con los costos en la industria agropecuaria se debe en parte a que una porción importante de los materiales involucrados es importada. Particularmente, los insumos necesarios para los planes de salubridad empleados. Tal es el caso, por ejemplo, de las vacunas.
Por otro lado, la falta de pasto invierno perjudica a miles de animales de todo tipo. Los individuos, afectados por la destrucción de sus hábitats, perdieron su fuente diaria de alimentación y su nicho ecológico usual.
Con la venida del invierno, una estación notablemente seca en la provincia, el cuadro se complica ante la falta de lluvias.
“Todo está en la naturaleza. Porque ahora están todos mirando porque viene el agua, viene la sequía, y sino la inundación, y si no viene el frío, y con el frío la sequía. A la naturaleza es imposible ganarle”, declara Martínez.

Dichos sucesos, catalizados en gran medida por el cambio climático, tuvieron como resultado la perdida de muchos animales característicos. Entre estos, el carpincho, el yacaré, el oso hormiguero y el guacamayo.
Estos organismos pertenecían a los bosques, a los pastizales y a los humedales. Además, el periodista confirmó que la cantidad de hectáreas quemadas fue de alrededor de un millón cincuenta.
Finalmente, en 500 hectáreas que fueron arrasadas por el fuego, crecieron miles de flores de bulbo pertenecientes a los géneros Habranthusbrachyandrus y Zephyranthes respectivamente.

Flores surgidas luego de las lluvias acontecidas y que, se espera, sean símbolo de la esperanza y el resurgir de toda una provincia agotada.