Seis años después de su primer libro en 2013, Elena Moncada publicó Después, la libertad con un mensaje que trasciende el propio concepto de libertad. En la escritura encontró una herramienta de liberación, un medio a través del cual pudo transmitir todas sus vivencias y plasmar sus emociones. Sus libros le permitieron curar heridas y ser un ejemplo de que se puede salir adelante.
“Podemos hacer un montón de otras cosas, no solo servimos para estar paradas en una esquina, sino que podemos ser mucho más que eso”, reflexiona Elena quien sueña con un mundo en donde funcione correctamente la educación sexual integral. Además, siendo militante por el abolicionismo de la prostitución, pone el foco en las menores de edad que son captadas para ser prostituidas.
-Nadie es libre del todo, pero yo logré liberarme de las drogas, el alcohol, el mundo de la prostitución, las calles, la violencia, las violaciones sistemáticas, de todo lo que me causo tanto dolor desde los 9 años. La libertad me parece que es muy importante para mí, ya que hoy decido y elijo qué ponerme, con quién salir, si tengo ganas de ir a algún lado y si no tengo ganas me quedo en mi casa. Hoy decido compartir mi vida con quien quiero, más que nada con mis nietos.
El mensaje que me gustaría transmitir es que se puede, que las organizaciones de la sociedad civil están siempre atentas para nosotras porque el Estado está ausente. También me encantaría que todas puedan escribir un libro, porque a mí me sanó, me curó heridas y me hizo pensar como sujeto de derecho, como Elena, como hermana, como mamá, como abuela, como tía, como sobrina. Fue muy importante para mí. Ojalá se animen a contar su historia o plasmarla en algún lugar porque está buenísimo curar heridas.

-Mi mayor deseo es que no haya niñas prostituidas, que se pueda trabajar la educación sexual integral a tiempo para que no caigan en las redes de trata porque por lo general afecta mucho más a la pobreza. Siempre las personas que lucran con la sexualidad de terceros están atentos a captar. Si no pueden captar a esa madre con los niños que no puede mantener, se va a quedar con esa mamá, pero también va a estar esperando que las niñas crezcan para poder ponerlas en el mismo lugar. Lamentablemente, eso ocurre mucho en los barrios vulnerables.
El mensaje es que se puede salir, que se puede volver a empezar, que nunca es tarde, aunque tengamos 60 años. Podemos hacer un montón de otras cosas, no solo servimos para estar paradas en una esquina, sino que podemos ser mucho más que eso. Siempre aconsejo a las compañeras contar su historia, me parece que es muy sanador. Al principio te ponen arriba de un pedestal, pero una vez que entraste al mundo prostibulario donde ellos son tu dueño y vos perdés tu identidad, pasas a ser nada y antes de ser nada tenemos que saber pensarnos como sujetos de derecho. Todo eso lo hacemos en la militancia y como te dije antes, vienen por nuestras niñas.
“Hay que apurar todo lo que estamos haciendo para que la gente empatice un poco y se ponga de nuestro lado y no del lado reglamentarista”, sostiene Elena. Su lucha contra la prostitución y el tráfico de personas fue reconocida por la Universidad de Litoral en 2019 y, además, su vida fue plasmada en la obra de teatro “Elena” de Mariel Rosciano. Quienes deseen adquirir sus libros, pueden comunicarse con ella a través de su cuenta de Instagram @elena_moncada.arg
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