Halloween y el Día de las Almitas: entre la tradición argentina y las raíces religiosas

Escrito por: Desde Matanza | Publicado: 30 de Octubre de 2025

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Cada 31 de octubre, las calles de muchas ciudades de argentina se llenan de disfraces, calabazas y celebraciones inspiradas en Halloween, una costumbre importada que en las últimas décadas fue ganando terreno, sobre todo entre los más jóvenes. Sin embargo, en varias regiones del país todavía se conserva una tradición muy diferente, profundamente arraigada en la fe popular: el Día de las Almitas, una fecha en la que se reza por las almas de los difuntos y se les deja ofrendas. Ambas celebraciones, aunque parezcan opuestas, comparten un mismo punto de partida: el vínculo entre los vivos y los muertos.

El origen de Halloween

Halloween tiene sus raíces en una antigua festividad celta llamada Samhain, que marcaba el final del verano y el inicio del invierno en el hemisferio norte. Los celtas creían que durante esa noche los espíritus de los muertos regresaban al mundo de los vivos. Con la expansión del cristianismo, la Iglesia Católica instituyó el 1° de noviembre como el Día de Todos los Santos (All Hallows’ Day), y la noche anterior pasó a llamarse All Hallows’ Eve, que con el tiempo derivó en “Halloween”.

La costumbre fue llevada a Estados Unidos por inmigrantes irlandeses en el siglo XIX, donde se mezcló con otras prácticas locales y adquirió su versión más conocida: los disfraces, las calabazas talladas y la tradición del “dulce o truco”. Desde allí, su influencia cultural se expandió al resto del mundo a través del cine, las series y las redes sociales.

El Día de las Almitas en la tradición argentina

Mientras tanto, en el norte argentino y en otras zonas rurales del país, el 1° y 2 de noviembre se conmemoran el Día de Todos los Santos y el Día de los Fieles Difuntos, conocidos popularmente como el Día de las Almitas. Es una celebración que combina las raíces católicas con las costumbres ancestrales de los pueblos originarios, especialmente las vinculadas al culto a los antepasados.

Durante esas jornadas, las familias limpian y decoran las tumbas, preparan altares con flores, velas, agua y comidas típicas, y dedican oraciones por las almas de sus seres queridos. En algunos pueblos se deja la mesa servida durante la noche “para que las almitas puedan comer”, en un gesto simbólico de encuentro y memoria.

La postura de la Iglesia Católica

La Iglesia Católica no promueve la celebración de Halloween. En distintos documentos y declaraciones, obispos y catequistas advierten que esta fecha “puede desvirtuar el sentido cristiano de la vida y la muerte” y que muchas veces se asocia con prácticas que trivializan el mal o lo sobrenatural. En cambio, la Iglesia invita a participar en las misas y oraciones del 1° y 2 de noviembre, recordando que son días dedicados a honrar a los santos y a los difuntos.

“Para los cristianos, la muerte no es motivo de miedo ni de burla, sino de esperanza y comunión con quienes ya están en la presencia de Dios”, expresó el papa Francisco en una de sus homilías del Día de los Fieles Difuntos.

Escrito por Desde Matanza

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