Sospechan que “era una trabajadora sexual”. Había sido imputada por promoción de la prostitución tras ser detenida en el local de Villa Sarmiento. “Cuando vio a la Policía, se tiró desde un primer piso”. La Policía Bonaerense detuvo a T.F., una mujer de 38 años, después de que intentara evadir a los agentes lanzándose desde el primer piso de un edificio ubicado en la avenida Presidente Perón al 500 (ex Gaona), en Morón. Según la denuncia, en ese lugar una joven de 25 años habría sido sometida a prostituirse. Durante la caída, T.F. se fracturó el pie y fue aprehendida inmediatamente.
En un primer momento, quedó imputada por promoción y facilitación de la prostitución, explotación económica del ejercicio de la prostitución y administración de una casa de tolerancia, entre otros cargos. “Es sindicada como la que regenteaba el prostíbulo y la que lo explotaba”, señalaron fuentes judiciales.
Sin embargo, tras su indagatoria, fue liberada este miércoles. Según las investigaciones iniciales, “sería una trabajadora sexual” y no la administradora del prostíbulo. La causa sigue su curso para identificar al verdadero responsable del lugar.
El operativo policial se desencadenó el lunes, luego de una llamada al 911 que alertaba sobre una joven retenida en el prostíbulo. Según reconstruyeron los investigadores, antes de la llegada de la Policía, T.F. y la víctima habrían protagonizado una pelea, tras la cual la joven de 25 años “se fue por sus propios medios a la casa de un familiar”.
Posteriormente, allegados de la víctima acudieron al lugar para retirar “documentación que había quedado de la chica”. En ese momento, se contactó a la Policía, lo que permitió el operativo que culminó con el rescate de la joven, quien “estaba en buenas condiciones de salud”.
Las sospechas apuntan ahora a un joven de 23 años de Moreno, identificado como A.G., quien podría haber obligado a la joven a prostituirse. La causa está a cargo del fiscal Ezequiel Lovillo, titular de la UFI N°9 de Morón.
En Salta, una adolescente de 17 años señaló como su captor a Roberto Altamiranda, un hombre con un extenso historial delictivo que incluye una condena previa por promoción de la prostitución y más de veinte denuncias por delitos como robo, amenazas y abuso sexual.
Altamiranda fue detenido nuevamente, esta vez acusado de trata de personas con fines de explotación sexual. Según las investigaciones, captaba a jóvenes vulnerables cerca de un hogar terapéutico y luego las mantenía retenidas en un galpón que funcionaba como lavadero de autos en Villa San Antonio.
En el caso de la adolescente, el hombre habría ganado su confianza ofreciéndole cigarrillos y drogas. Esto para luego someterla a maltratos físicos, privaciones y explotación sexual. Además, le retuvo el documento de identidad y ofreció sus servicios a varios hombres, incluyendo choferes de remiserías locales.