“Comunidades sin Violencias” es un nuevo programa de PBA, impulsada por el Ministerio de Mujeres, políticas de género y diversidad sexual. El objetivo es destinar recursos económicos para que los municipios fortalezcan sus áreas de género y diversidades. Pero no es el único. Hay otros, y con algunos problemas de aplicación.
A su vez, se organiza en tres líneas. La primera, está destinada al fortalecimiento y creación de equipos interdisciplinarios. Dentro de la misma, hay tres ejes: fortalecimiento de los equipos, atención a varones que ejercen violencia y grupos de ayuda mutua para mujeres.
Cada municipio selecciona el eje que considera favorable para desarrollar en su territorio. Es decir, 58 municipios solicitaron el eje 2 para especificarse en grupos de ayuda mutua. Mientras que 47 municipios eligieron conformar equipos de atención de varones que ejercen violencia y 46 decidieron trabajar en proyectos productivos que potencien la autonomía económica de las mujeres y LGTBI+ que se encuentran en proceso de salida de las violencias.
En este marco, la ministra provincial, Estela Díaz realizó la apertura de las jornadas de capacitación para equipos interdisciplinarios incorporados en los municipios de la Provincia en la ciudad de Chapadmalal.
Estela Díaz explicó: “Nosotras sabemos que todavía el camino de la erradicación de las violencias es una utopía, nos ayuda a seguir caminando hacia el horizonte de lo que queremos, es un horizonte de construcción”.
Estas políticas nos invitan a realizarnos una reflexión clave. Si bien, La Matanza y cada municipio ocupa parte de su agenda en establecer nuevas políticas de género, y ayuda hacia a la mujer, ¿cuántos de esos acuerdos se cumplen verdaderamente? ¿Cuáles de ellos protegen a la mujer?
Un ejemplo es la nueva normativa, dictada en marzo, en la cual se establece que un hombre deudor de la cuota alimentaria no podrá tramitar una nueva licencia de conducir hasta que pague su deuda. La “sanción” parece ser efectiva, pero ¿qué ocurre si el deudor no tiene auto? ¿De qué manera se lo sanciona?
Solo se tiene en cuenta a aquel deudor de cuota alimentaria con el status económico para tener en auto, de lo contrario podrá circular libremente por donde quiera.
También tenemos en cuenta las líneas de atención hacia la mujer, como el 088-Pará, o el programa acompañar, el cual está dirigido a mujeres y LGBTI+ en situación de violencia de género de todo el país y busca fortalecer la independencia económica de mujeres y LGBTI+ en situación de violencia de género.
El “problema” con el programa Acompañar es la cantidad de requisitos que se necesitan para acceder al mismo. A su vez, hay diferentes grados de violencia que miden si el usuario está en condiciones acceder al programa.
Entonces, si no estás viviendo una situación de violencia extrema, no podes acceder al Acompañar.
La cuestión de esta problemática sería, ¿Quién mide los parámetros de “violencia extrema”? ¿quiere decir que hay diferentes grados de violencia a los que se les da menor importancia?
Celebramos los nuevos programas. Pero antes de avanzar deberíamos contemplar cuál es su efectividad y cómo se manejan los ya instalados.
Se registró la menor cantidad de femicidios en los últimos 5 años
