Si bien el futbol femenino tuvo un gran crecimiento en el mundo del deporte en Argentina, hoy en día no sé puede comparar con el movimiento de la vereda del frente, el futbol masculino. Romina Sacher, periodista y una de las pioneras del movimiento para la profesionalización y crecimiento del futbol femenino, concedió a Desde Matanza una entrevista para poder charlar con ella y contarnos los problemas y cosas a mejorar en la disciplina.
Hoy en día, Romina es reconocida por muchas colegas como una de las periodistas más importante de la escena del futbol femenino, aunque no siempre estuvo convencida de que se iba a dedicar al periodismo. “No sabía muy bien que iba a estudiar, pero tenía pensado en algo vinculado con el deporte”, sostiene la periodista. Y a pesar de que se centra en el ámbito del futbol su pasión estaba en otro lado, el vóley. “Como el vóley en Argentina es un deporte amateur, no pude jugar profesionalmente y vivir del deporte, por eso alguna manera me vinculé al periodismo a través de mi carrera frustrada” agrega, entre risas.
Situada en el estadio del Club Atlético Excursionistas, a pocas horas de cubrir el partido versus Deportivo Español, Romina Sacher nos cuenta en entrevista cómo el movimiento del futbol femenino empieza a crecer, los déficits que tiene, y cuál es el próximo escalón que la disciplina debe realizar para dar un salto más profesional. Por otro lado, también comparte sus principios como profesional y cómo le costó llegar al lugar donde está.
-¿Cómo fueron tus inicios en el periodismo?
-Me costó mucho llegar. Estuve trabajando en una consultora como traductora por muchos años mientras estudiaba. Hasta que empezaron las primeras prácticas de la carrera, hacía radio, empecé un laburo como fotógrafa y después me llamaron para una pasantía de la Universidad Abierta Interamericana (UAI) cubriendo los partidos de vóley. Después pasé al departamento de prensa y de ahí fue avanzando mi carrera. En el club estuve 11 años como prensa de UAI Urquiza, no solo de futbol femenino sino de todas las actividades; y lo que hicimos fue generar una estructura para todo el departamento de prensa. A la vez iba generando otros espacios como hacer fotos o trabajar en espacios de radio.
-¿Cómo surgió esta idea la idea del fútbol sabiendo que no saliste de ahí?
-El fútbol siempre estuvo presente en mi vida porque me encantaba, lo consumía, pero nunca me imaginé trabajando. Siempre me imaginaba como productora, nunca como conductora o incluso en el campo de juego. Me hubiese gustado esta chance hace 5 o 6 años porque lo estoy disfrutando muchísimo y me hubiese encantado haberlo hecho de más pendeja… Hoy tengo 39 años y es diferente.
-Como contaste, te costó llegar hasta acá. ¿Sentís que los medios complican a las mujeres el entrar en el rubro?
-No sé si las complica, pero no se preocupan en incluirnos, no se dan cuenta que les faltamos. Tanto el fútbol como el periodismo siempre fueron espacios entre pares y los hombres empezaron un proceso de deconstrucción para entender que las mujeres también formamos parte o queremos ser parte de la discusión. Lo hemos sido mucho tiempo, lo que pasa es que no nos daban el lugar.
-En el fútbol, ¿cuál fue el camino para la profesionalización de la disciplina en las mujeres?
-Hubo un camino a partir de una discusión que se generó y un disparador como fue el caso de Maca Sánchez. Ella quedo libre de UAI Urquiza y a partir de esa situación, se desnuda una realidad en el futbol femenino: no existía y se estaba pidiendo ser profesional. Entonces a partir de ese reclamo es que se empieza a pensar la profesionalización. Ya habían existido algunos intentos anteriores, hubo algunas conversaciones con FIFPRO, organismo que nuclea a jugadores/as a nivel internacional, es decir un sindicato de jugadores. Entonces los agremiados estaban determinando si era o no el momento para profesionalizar. El reclamo de Maca y la disyuntiva ayudó muchísimo para que el proyecto avance, y así se anunció a Maca como la primera jugadora profesional en Argentina.
-¿Cuáles eran los inconvenientes para la profesionalización de la disciplina?
-La falta de estructura de los clubes; hasta hoy en día, la infraestructura del femenino no se compara en nada al de los varones. La profesionalización no se puede hacer de un día para el otro, vos le tenés que exigir más a los clubes. Hay que mirar es hacia adentro.
-¿Qué cosas hay que exigirles a los clubes?
-Tenés que tener personas responsables de que las jugadoras cobren a tiempo, gente que esté chequeando los entrenamientos, cuántas personas están a cargo en un cuerpo técnico. Tenés que tener contratado a un sponsor – sale dinero la profesionalización, obviamente. La televisación del fútbol femenino en ese tiempo era a través de un servicio pago como TNT Sports, y ayudó muchísimo: aumentó las suscripciones de clientes y hubo una avivada en los sponsors; pero esa plata nunca llega al club ni a la disciplina.
-¿Hoy en día cómo ves al fútbol femenino?
-Lo veo tratando de asentarse. El torneo creció y me parece que lo que se necesita es una estructura que acompañe al crecimiento. Hoy se volcaron muchísimas jugadoras al campo de juego pero no tienen las condiciones que necesitan de los clubes.
-¿Sentís que las jugadoras se sienten profesionales?
-Está el problema de que la única categoría profesional es la “Primera A”, pero hasta ahí “profesional”. Falta una vuelta de tuerca en cuanto a los sueldos, al acompañamiento, a todo lo que está rodeado a ser profesional. Hoy en día todas tienen seguro médico, porque es obligatorio, pero deberían tener una prepaga para que si se lastiman en el club enseguida tengan una operación y no estén esperando; que tengan atención en el cuidado, en el descanso y en la alimentación… Ser una jugadora profesional tiene que ser más, algo más global. No es solo el hecho se recibir un sueldo.
-¿Cuál es el próximo escalón que tiene que superar el futbol femenino para crecer?
-La formación de las juveniles. Por más que sea una disciplina amateur, se debe tener responsabilidad con la jugadora porque está jugando y entrenando bajo la tutela de un club. Ella dispone su tiempo para dedicarle al entrenamiento, para disputar partidos con la camiseta que la eligió. Esto implica y exige que el club tenga que darle un viático para que pueda llegar a término, si el lugar de entrenamiento es lejos resolverle el problema, garantizarle la alimentación. Hay situaciones donde jugadoras que viven en situación de carencia que no se animan a contarlo. Y ha habido jugadoras de primera división que se han desmayado por no tener buena alimentación. Por eso es lo que digo yo no solo tiene que ver con un sueldo.
