VIOLENCIA CONTRA LA MUJER: ENTREVISTA A LA PSICÓLOGA NATALIA MANSILLA

Segunda charla del Ciclo de Entrevistas por el día de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Hoy habla Natalia Mansilla, licenciada en psicología de la Universidad de Buenos Aires, especialista en género.

#CicloDeEntrevistas

Escrito por: Sol Ailen Clemente | Publicado: 25 de Noviembre de 2020

violencia contra la mujer

En este ciclo de entrevistas en el marco del día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer, Desde Matanza entrevistó a Natalia Mansilla, licenciada en psicología de la Universidad de Buenos Aires. Ella está especializada en perspectiva de género. Además, es profesora de enseñanza media y superior en psicología y ejerce en su consultorio ubicado en la localidad de Caseros, en Zona Oeste del Gran Buenos Aires.

Entrevista a Natalia Mansilla: 

Bueno, hablando del día de la Eliminación de la violencia contra la mujer, ¿De qué manera se puede ayudar a una mujer que sufra violencia de género?

Lo principal respecto a una víctima de violencia de género es hacer presencia, hay que estar acompañando. El aislamiento social obligatorio nos permitió ubicar la tecnología como un modo privilegiado de poder hacer presencia aún en la distancia. Siempre que se pueda, es ubicarse como un punto dentro de una red de contención para que esa persona no quede sola, aislada y así más vulnerable.

¿Cómo crees que debería comenzar a generarse el cambio en las sociedades sobre este tema?

Considero que estamos en un momento bisagra, de grandes cambios sociales, culturales y donde se visibiliza el problema de la violencia de género en todas sus formas, no sólo reducida a violencia física. Esto es fundamental, pero es recién el punto de partida. Las nuevas generaciones tienen la ventaja que el tema dejó de ser tomado como perteneciente al ámbito privado y se lo ubica como una cuestión de orden público, es parte de la agenda política, de los contenidos curriculares de la ESI y cuentan con información certera para ubicar posibles indicadores de riesgo, para interpelar los estereotipos de género y para entender de qué se trata la violencia en todas sus formas, ya no reducida a la violencia física.

¿Recomendás alguna página conocida que visibilice estos casos?

“Ahora que sí nos ven” que es el observatorio de violencias de género y “Estudios de género en América latina”. Con respecto a influencers admiro a: Florencia Freijo, Sol despeinada, Luciana Peker y Mariana Carbajal que, si bien no hablan exclusivamente de este tema, lo tocan entre otros.

¿Qué opinas del manejo que cumple el Estado en la violencia de género? ¿Y qué opinas sobre el manejo de la justicia argentina?

Creo que la justicia es patriarcal y que deja a las mujeres en un constante estado de vulnerabilidad. Hay que modificar leyes, estrategias y formar espacios donde se escuche, se tomen las denuncias con el carácter de seriedad que amerita y que no se pierda tiempo valioso que podría ser utilizado para accionar con mecanismos de resguardo y protección.

El Estado me parece tibio, tiene intentos que quedan a medio camino y no resultan suficientes. Hace falta destinar más recursos, ser más firmes con las sanciones para todo aquel que no tome el tema con seriedad, se oponga a formarse en género, tenga un puesto en la justicia donde tomé malas decisiones y las consecuencias las pague la víctima. Creo que debemos apelar a un cambio estructural que si no lo reclamamos no va a darse, por lo tanto, en ese sentido la lucha colectiva es el camino.

Durante el periodo de la cuarentena, los casos de violencia aumentaron ¿Qué sensación te genera?

La principal sensación es de frustración y bronca, porque en principio, la cuarentena estricta fue fatal y puso en riesgo la vida de un montón de personas que no cuentan con un hogar libre de violencia. Nos enteramos de los casos que terminan en femicidios, pero los hay de extrema violencia que quedan invisibilizados, perdidos porque no llegaron al desenlace fatal. Por otra parte, las redes feministas se volvieron más fuertes, estuvieron, están y seguirán para cubrir las necesidades que el Estado deja descubiertas.

¿Consideras que los medios de comunicación dan el lugar para que estos temas se muestren? ¿Representan la realidad o están alejados de lograr eso?

Algunos medios lo hacen de forma adecuada y la diferencia está en quienes tratan el tema si tienen formación en género o no. Un ejemplo de ello es el programa de Verónica Lozano donde se trata el tema desde lo jurídico, con perspectiva de género y con la terminología que corresponde.

Los noticieros por otra parte suelen emitir opinión, lo cual confunde y alimenta el morbo en lugar de informar. También suelen dar detalles que podrían ser usados en contra de alguna persona y exponer a las víctimas. Esa parte es la que urge modificar.

Dia de la eliminación de la Violencia contra la mujer

Con respecto a las redes sociales, ¿Qué rol crees que ocupan?

En redes sociales hay toda una movida que es muy interesante de seguir, principalmente en Instagram donde hay profesionales y expertos en la materia que hablan sobre el tema. Lo mismo sucede en YouTube y en Facebook hay organizaciones que sostienen a víctimas de violencia de género y también allí y en Twitter hay búsquedas de mujeres que rápidamente se viralizan y hacen que aumenten las probabilidades de que sean localizadas.

Respecto a los mensajes que pueden llegarle a la víctima a modo de hostigarla, me parece fundamental que el entorno evite que quien se encuentra vulnerable tenga acceso a lo que se trate sobre el tema en internet. Es fundamental la contención psicológica y el resguardo de las víctimas.

¿Alguna anécdota o experiencia que se pueda contar con respecto a este tema?

Como psicóloga clínica, desde hace más de una década que escucho relatos acerca de situaciones de violencia en distintas edades y contextos.

Algo que quizás muchos no saben es la demanda de hombres que piden un turno con alguna terapeuta y hacen uso de ese espacio para angustiarlas y violentarlas. Está lleno de anécdotas de colegas donde alguien acude a un turno programado a última hora y en donde se busca “asustar” / angustiar a quien los recibe.

Eso también es violencia. Me ha pasado en lo personal escuchar a alguien demandar un tratamiento por sentir deseos de matar a su pareja cuando se enojaba, cuestiones ligadas al plano de la fantasía que podían virar a la realidad de inmediato. Es complejo para trabajar y muy crudo de escuchar, de repente te encontrás completamente sola frente a alguien que expresa eso por alrededor de una hora, te sentís tan vulnerable y expuesta.

Lo que hice en esa ocasión fue tomármelo como cualquier espacio de admisión más: repreguntar, ubicar de qué se trataba, discernir si era una fantasía o se había concretado; cuál era el nivel de riesgo de la otra parte, qué tipo de vínculo tenían.

Decidí tomar el caso y poner todo de mi parte, trabajamos por meses con un apoyo presencial y telefónico, dobles sesiones o una frecuencia que no suele ser la habitual. El desenlace del caso fue muy bueno, una separación en buenos términos, un poder implicarse y responsabilizarse de las dificultades en entablar un vínculo saludable y una masculinidad que se permitió escuchar, que se pudo angustiar, se hizo pregunta y se prestó al trabajo en terapia.

Escrito por Sol Ailen Clemente

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