Dying Light 2 se lanzará en un mes y es uno de los juegos más esperados del año. Luego de su revelación inicial hace mucho tiempo, los fanáticos del primer juego finalmente podrán probar su esperada secuela.
Sin embargo, una revelación reciente de la desarrolladora, Techland, causó polémica entre los fanáticos y gamers en general. Me refiero, claro, al anuncio de que Dying Light 2 tomaría 500 horas para completarlo al 100%
Y considero que las reacciones divisivas ante este dato demuestran que la cuestión de longitud de videojuegos no es tan simple y se tiene que analizar según el contexto.
Durante las primeras generaciones de gaming de la NES, Super Nintendo, y parcialmente la PS1, los juegos tendían a ser extremadamente cortos, por lo que asumo que se relaciona con limitaciones técnicas en aquel entonces, sin mencionar que pocos títulos tenían la posibilidad de guardar progresos.
Para compensar la corta duración, los desarrolladores hacían sus juegos muy desafiantes, ciertamente mucho más difíciles a lo que nos acostumbramos a ver hoy en dificultades normales. De esta manera, el jugador tenía la percepción de que tenía un producto que valiera la pena, al superar al desafío y llegar al final, al menos en los títulos de calidad como Castlevania, Mega-Man, etc.
Por supuesto, no todos los títulos eran así, y había excepciones a la norma, pero incluso estos agregaban picos de dificultad para completarlos, como Sonic the Hedgehog 2 con las esmeraldas del caos.
Sin embargo, los estándares y expectativas comenzaron a cambiar. Particularmente a partir de la generación de PS2 (y parcialmente los de la PS1), los juegos en general comenzaron a ser mucho más largos, en vez de simplemente los JRPGS, y a cambio, se ofrecían distintas dificultades.
Por ende, se volvía más inaceptable cuando había títulos que caían cortos de la duración de 5 horas. Esto realmente tuvo su pico con la generación de PS3 y Xbox 360, con el meme de “4 HORAS” de un video del youtuber Angry Joe, básicamente diciendo que el pensamiento en aquel entonces era “más corto=flojo. Más largo=mejor”.
Obviamente, ese no era el único punto de consideración para la calidad de un título, pero en lo que se relaciona en duración, esas eran las expectativas en aquel entonces.
Como dijimos antes, por la mayor parte de sexta y séptima generación se esperaba que los juegos tuvieran una buena cantidad de duración respaldándolos. Y visto en retrospectiva, puede verse por qué.
Gaming no es un hobby barato, nunca lo fue, pero particularmente en las últimas décadas aumentaron progresivamente los precios de los juegos, sin mencionar agregados como DLC y microtransacciones. Por ende, el jugador, al comprar un producto a precio completo, quiere consumir algo que piense que valió todo ese dinero bien ganado.
Y así, las compañías escucharon esos reclamos, pero, como era de esperarse, lo llevaron a un extremo, especialmente editoras como Ubisoft.
Ya que su versión de juegos largos eran títulos que tomaban una cantidad absurda de tiempo completar, pero porque los llenaban con misiones secundarias repetitivas y aburridas, así como coleccionables que solo eran relleno. Esto sin mencionar el modelo “live service”, en los que un juego recibiría continuo soporte, y nunca se terminaría.
Y fue en estos momentos que la comunidad gaming retrocedió y dijo “¿sabes qué? Más largo no siempre es mejor”, y es más una cuestión de contexto y género.
Esto causó que salieran ciertos títulos que terminaron siendo aclamados por la crítica, más allá de su duración corta. Es más, también ciertos gamers adoptaron la mentalidad de que la brevedad en ocasiones puede mejorar la calidad de un título.
Hay un excelente video en inglés del youtuber Raycevick llamado “Los videojuegos deberían dejarte queriendo más”, que desarrolla y explica con mucho más detalle lo recientemente dicho.
En definitiva, ahora llegamos a una perspectiva un tanto más balanceada de la duración de videojuegos, en la que una duración de un videojuego de por sí no iguala a calidad, sino en como entra en balanceo con las mecánicas y contenido que ofrece.
Esto no quiere decir que no haya opiniones diversas, porque las hay, es más, justamente se trata de aceptar que hay distintas perspectivas acerca de cuál es la duración adecuada para determinado videojuego, sin establecer un criterio universal.
Con todo esto dicho, no sorprende que el anuncio de la duración de cuanto tomaría completar Dying Light 2 causó tanta polémica.
Personalmente, saber que me tomaría tanto completar un videojuego me da mucho cansancio, y me quita ganas de probarlo completo. Pero también están aquellos que les gusta esto.
Al menos Techland aclaró que solo terminar el modo historia y completar varios quest secundarios tomaría menos de 100 horas, así que al menos el juego va a tomar una duración equilibrada, en la que el contenido clave no es demasiado largo, pero todo el paquete sí.