A pesar de no ser precisamente muy popular, sobre todo comparado con su competencia contemporánea del mismo setting, Ghostrunner es una de las experiencias más subestimadas de 2020.
Mientras todos estábamos esperando el gran título con el setting Cyberpunk en un año que francamente todos desearíamos olvidar, se lanzó un título poco antes de la obra de Cd Projekt Red, que resultó ser más que una grata sorpresa, para aquellos que le dieron una oportunidad.
Por supuesto, no planteo que Ghostrunner tenga la misma escala o ambición que Cyberpunk 2077. El presupuesto es notablemente inferior, y el equipo detrás de él, el estudio polaco de One More Level, viene de orígenes humildes y fácilmente se puede calificar en el rango indie.
Esto no quita de su calidad, sin embargo. Varias veces se demostraron que desarrolladoras con este nivel de independencia pueden crear obras con mucha más pasión que la usualmente demostrado en la industria AAA de videojuegos.
Así, los creadores de Ghostrunner se basaron en parte en sus anteriores títulos, pero también tomaron influencias de videojuegos como Hotline Miami, específicamente en el sentido de un loop de jugabilidad rápido, feroz y difícil, pero extremadamente adictivo.

Ghostrunner tomar lugar en un futuro tecnológico y distópico, en el que toda la humanidad vive en la Torre Dharma, en la cual las clases inferiores viven en los últimos pisos, mientras que el espacio urbano está reservado para los de clase alta y aquellos que sean vistos como eficientes.
Este espacio fue una vez dominado por Adam. Además, el último creó 100 Ghostrunners, que son guardias personales hechos para mantener la pasa y equilibrio en la torre. Sin embargo, Adam fue eventualmente asesinado por su compañera, Mara, y la última tomó control de la torre y destruyó o desactivo a todos los Ghostrunners disponibles.
Y acá entran los escaladores, un grupo de resistencia hecho para combatir las fuerzas de Mara. A pesar de que la gran mayoría murió en batalla, lograron repararan a un Ghostrunner lo suficiente para que Adam, en forma de inteligencia artificial llamado “El Arquitecto”, lo pueda despertar. Ahora, GR 74 O “Jack”, debe subir hasta lo más alto de la torre y asesinar a Mara, ahora que no tiene el dispositivo de apagado remoto pegado a él.
Esa es básicamente la narrativa principal, aunque claro, hay giros y agregados en el medio. Es una narrativa bastante decente, sirve como excusa para la jugabilidad y tiene conceptos interesantes. Pero mientras la historia es sólida, el diálogo ocasionalmente puede no ser muy inteligente. Esto se debe a que giros que deberían ser inesperados se vuelven dolorosamente obvios debido a la falta de sutileza en el diálogo.
Pero ese es mi único verdadero problema. Aparte de eso es bastante decente, los personajes son interesantes, y las actuaciones de voz son de gran calidad, increíble dado que la mayoría de estos actores tienen poco y nada de experiencia previa.
La jugabilidad de Ghostrunner puede dividirse en dos áreas: plataformeo y combate. Cualquier momento que no estemos matando a nuestros enemigos, viajaremos a nuestro destino a través de un sistema de parkour que nos deja correr por virtualmente cualquier pared visible a distancia cercana. Además, Jack puede deslizarse para adquirir velocidad, hacer un dash para un impulso aéreo o terreno y agarrarse de ganchos para alcanzar objetos normalmente demasiado lejanos. Conforme avancemos, también obtendremos otras habilidades que expandirán nuestras habilidades. Es un sistema que da una sensación de velocidad muy alta y dinámica.
Por ende, cosas simples como viajar al siguiente destino se vuelve muy divertido, y son mecánicas que realmente motivan al speedrunning, debido a su diseño de niveles abierto. Pero claro, esto no es lo único que haremos, ya que también tendremos enemigos que matar. Estos vienen en distintas variedades, como los que usan pistola, ametralladoras, katanas, escudos frontales, etc. Vale mencionar que en este título morís de un solo golpe, así como tus oponentes, lo que hace al título muy desafiante por no decir difícil. Sin embargo, el respawneo instantáneo lo previene de ser frustrante y lo vuelve inmensamente satisfactorio cuando lográs superar una arena repleta de enemigos difíciles.
Que no se malinterprete, Ghostrunner es difícil, constantemente te va a poner a prueba, sea en habilidades de parkour de primera persona, tus percepciones, o imputs de microsegundo. Pero con el tiempo, lográs dominarlo, y en tu segunda pasada, tendrás sustancialmente menos muertes que antes.
Sin embargo, no es perfecto. Ocasionalmente la detección de colisión con las paredes puede fallar, algunos enemigos pueden sentirse frustrante en conjunto con otros, y el último jefe es decepcionantemente fácil (aunque los otros son muy sólidos).
Pero estos son solo algunas inconveniencias en lo que es un paquete muy fuerte, al menos, por lo general…

A pesar de que Ghostrunner es una experiencia extremadamente interesante y dinámica en casi toda su duración, hay una gran excepción a esto, la cual es las secciones de Cybervoid. En estas entramos a un mundo paralelo tecnológico. Estas secciones están hechas para calmar la incesante acción, así como darnos algunos puzles y brindarnos nuevas habilidades que podemos usar en el combate.
El problema fundamental de estas secciones es que nos quitan la habilidad de parkour y dash. Esto, agregado a un diseño de niveles monótono, vuelve a estas secciones muy lentas y aburridas, especialmente cuando lo rejugas.
Las habilidades que nos dan son sólidas (incluso si solo terminé usando mucho una), y el título también tiene un sistema de mejoras que opera como Tetris que puede ser explotado.
Pero eso sigue sin excusar que estas secciones realmente rompen el ritmo del juego. No son muchas, y son breves, por lo que están lejos de arruinar la experiencia, pero es un elemento muy molesto.
La única sección sólida de Cybervoid es al final, en la que finalmente tenemos nuestro dash y parkour de vuelta, pero es la excepción más que la regla.
Ghostrunner no es un juego largo. Incluso la primera vez que lo juegues te tome alrededor de 6 horas terminarlo, y la segunda mucho menos debido a las habilidades ganadas. Y la verdad, eso no está mal. Dado que hablamos de una obra muy intensa y desafiante, una duración no tan excesiva previene el burnout y frustración.
Aunque, eso no cubre toda la experiencia, ya que Ghostrunner recibió una buena cantidad de contenido extra desde su lanzamiento inicial. Primero, están las misiones Kill Run, que constan de 5 niveles en los que tenés que llegar hasta el final antes de que se acabe el tiempo. En el medio también podremos agarrar relojes para ganar segundos, así como matar enemigos con el mismo propósito. A pesar de que son solo 5, estas misiones de contratiempo son muy divertidas, y su clasificación en distintas medallas las vuelven muy rejugables.
Luego está el modo oleado, que es lo que esperan con un giro: enemigos generados al azar. Por lo que es esencialmente un modo de 20 grupos de enemigos a lo roguelike. Personalmente no soy muy fanático de este género, por lo que no saqué mucho de este modo, pero podría ser fantástico para muchos.
Finalmente, está lo que en teoría es un modo Nuevo Juego +, pero es más de lo que aparenta. Sí, conservás todas tus habilidades previas y revisitas los mismos niveles en estética, pero agregan muchísimos obstáculos y enemigos tardíos ya en el primer nivel. Que no se malinterprete, esto no es el mismo juego, pero un poco más complicado, esta es una bestia completamente nueva y van a morir mucho, ya en el tercer nivel tuve 200 muertes, comparados con los 6 del modo normal.
Aun así, me parece una excelente inclusión para aquellos que dominaron completamente el original y busquen un verdadero desafío. Pero prepárense, porque va a ser fatal.
A pesar de venir de un estudio indie, Ghostrunner se ve fantástico. Los ambientes brillan en su distinción, y lo que transmiten de su mundo en sus detalles pequeños. No hay contraste más claro entre los pisos inferiores industriales, y las ciudades urbanas con luces brillantes y letreros con neon. Esto se ve especialmente mejorado si tienen una PC lo suficientemente poderosa para Ray Tracing, o una consola equivalente.
Esto se complementa con el Soundtrack y diseño de sonido. La banda sonora fue compuesta por Daniel Deluxe y complementa perfectamente la atmósfera del título, con claras influencias de Techno tanto del género Cyberpunk en general. Además, también es muy entretenido de escuchar fuera del juego, por lo que recomendaría que lo escuchen en Spotify.
Del lado del sonido, los disparos de enemigos no tienen mucho golpe sonoro, pero son muy reconocibles, lo cual da una ventaja jugable al aprenderse sus patrones, tanto de cuando empieza, como de los enemigos diciendo “¡me quedé sin munición!”
Por si no quedó claro, considero a Ghostrunner una gran experiencia si buscan títulos muy desafiantes con una curva de aprendizaje aguda pero muy satisfactoria. Aquellos que busquen algo más tranquilo y menos difícil quizás mejor busquen en otro lado, pero si quieren un desafío brutal pero justo, acá está.
Por ende, recomiendo sumamente Ghostrunner…pero no en cualquier plataforma. Este título salió en todas las consolas disponibles imaginables, incluyendo todas las de octava generación, la PS5, Xbox Series S/X, PC, y hasta la Nintendo Switch. Sin embargo, solo puedo recomendar incondicionalmente algunas. La versión de PC es excelente, está muy bien optimizada, y hasta cartas muy viejas como la GTX 750ti puede correrlo a 60 fotogramas por segundo, aunque en resolución 720p.
Seguido a eso, la versión de PS5 también es fantástica, con modos tanto para Raytracing como 120 fps. La de Xbox Series X también es bastante sólida, aunque recomendaría evitar el modo Raytracing por insuficiente rendimiento, basado en informes de Digital Foundry. La versión de Xbox Series S también es decente, aunque las animaciones pueden ser algo pobres en framerate.
Sin embargo, las consolas Last Gen son una recomendación difícil. Ambas la PS4 y Xbox One apuntan a 60 fps pero comúnmente caen entre los 40 y 50, y para un título como este, performance inconsistente realmente puede marcar la diferencia. La versión de Nintendo Switch apunta y mantiene 30 fps lockeados, que es un punto extra por consistencia, pero ese framerate menor puede volver al juego artificialmente más difícil.
Por ende, así están las cosas. Las versiones Last Gen no son horribles, pero se vuelven una recomendación muy difícil al menos que sean los únicos dispositivos que tengan.
Pero, de todas formas, Ghostrunner sigue siendo una gran experiencia, y con la expansión Project Hel llegando el 3 de marzo y el juego gratuito en PS Plus, no hay mejor momento para darle una oportunidad.