Incluso si no es tan popular como antes, ir al cine es una de las prácticas mas comunes de la cultura popular. Asistir para ver la nueva película en la que estás interesado en la pantalla grande da una experiencia poco comparable con otros formatos. Ir Al Cine Solo
Sin embargo, hay un tabú no mencionado de forma explícita en esta práctica: ir solo o sola. Mientras que pocos saldrán a decir que es malo hacerlo, hay un estereotipo negativo subconsciente con la acción. Se lo compara con asistir a otros tipos de eventos de forma solitaria, y se lo puede asociar con una idea antisocial.
No obstante, discutiría que ese no es el caso, y que, de hecho, ir solo/a al cine tiene sus propias ventajas. Con eso dicho, también revelaré unos datos interesantes acerca de la opinión general con este tópico de la mano de una breve encuesta más adelante.
Muchos adoptaron la idea de ir siempre acompañados/as al cine, ya que ir solo/a puede ser “raro”. Puede haber cierto miedo de aparentar solitud. Pero la verdad es que, al ver la película en la pantalla grande, a pocos les importará, o incluso lo notarán. Esto se debe a que la única fuente de luz es la pantalla grande dirigida hacia nosotros, y la mayoría estarán concentrados en ella.
Así, incluso aquellos introvertidos o introvertidas que les interese la idea pero les da miedo “quedar raros” o “raras” no se deberían preocupar, ya que casi nadie lo notará más que ellos mismos.
Sin embargo, hay más que solo esto. Por lo general uno va al cine para ver la cinta. E, idealmente, no desea estar interrumpido durante su mirada. Ahora, no indico que un comentario casual con un amigo, pareja o familiar arruine la experiencia. Lejos de ello, de hecho, hay ciertas experiencias cinematográficas que se benefician de estar acompañado o acompañada, como una película de Los Vengadores, por ejemplo.
No obstante, a la hora de hablar de obras de menor perfil, aquellas centradas en su diálogo, personajes, drama, etcétera, quizás quieras estar concentrado a cada momento. Y, por más que pueda ser interesante, hablar constantemente con tu acompañante puede manchar la experiencia inmersiva de ese mundo. Lo gracioso es que, quizás ni lo noten, ya que se normalizó tanto la práctica acompañada. Y, recalco, no hay nada malo con ello, la mayoría de las veces que voy al cine hoy sigue siendo con alguien.
Esto no es un ataque contra esa práctica, sino una defensa y normalización de la opción de ir solo o sola. En los últimos tres meses vi tres películas en el cine: Avatar 2, Las Fiestas y Los Espíritus de la Isla. Y con la última en particular, fue una experiencia completamente inmersiva.
No tengo la mayor cantidad de seguidores en redes sociales, no soy lo que se consideraría un “influencer”. Con eso dicho, hace unos días realicé una encuesta vinculada con este tema. Hice dos preguntas: “¿Alguna vez fueron al cine solos/as?” y “¿Piensan que es raro hacerlo?”. Y, debo decirlo, los resultados fueron muy interesantes, con muchos participantes.
La primera encuesta fue más competitiva de la que pensé, con 44% asegurando que sí fue alguna vez solo/a, y 56%, nunca. Por el otro lado la segunda fue más unánime, con solo 8% pensando que es raro, contra un 92% que no lo considera o no le importa.
Debo decirlo, con los primeros resultados, son mucho más optimistas de lo que estimé antes. Admitiéndolo, no especifica cuántas veces se hizo, o cuándo fue la última vez. No obstante, demuestra que hay mayor aceptación de esta práctica de la que pensé.
Aunque la mayoría sigue ganando, incluso si por poco, por lo que se me hizo aún más importante la segunda encuesta. ¿No será que muchos quieren hacerlo, pero no lo hacen porque piensan que es algo poco común?
Bueno, al ver los resultados que apoyaron la medida, me indica tres cosas. Por una, quizás es como teorizo, y a muchos les interesa la idea, pero no la pusieron en práctica por lo mencionado. Otra alternativa es que quizás saben que no es raro, pero simplemente no les interesa la opción, y no hay nada malo con ello.
Pero la última es un poco más profunda. Quizás no dijeron que les parece raro, pero ese estereotipo negativo sigue latente. Es similar a otras prácticas que, a pesar de ser realizadas por montones, tiene un aire subconsciente de inseguridad ligada a ella. No mencionaré ejemplos específicos, pero estoy seguro de que se les pueden ocurrir algunos.
Recalco una vez más: este artículo no plantea una crítica a la idea de ir acompañado o acmpañada, para nada. Como mencioné antes, la mayoría de las veces voy al cine de esa manera. Y estoy seguro que la mayoría de ustedes saben mantener un buen balanceo entre ver la peli y el ocasional comentario por debajo.
No obstante, el verdadero objetivo de esta nota es quitar un poco de ese miedo e inseguridad a la idea de ir solo o sola. Están aquellos/as realmente pasionales por el arte que quieren ir tantas veces como puedan a la pantalla grande. Y, hey, quizás otro beneficio de esta alternativa es que operás exclusivamente bajo tus propios horarios.
Pocos realmente pensarán menos de vos por intentar un poco de ambos caminos. Entonces, ¿por qué no hacerlo?
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