
Dirigentes de la CONMEBOL se reunirán pasado el mediodía con los máximos organismos de seguridad de Río de Janeiro para reforzar el operativo de seguridad para la hinchada argentina con miras a la final de la Copa Libertadores que jugarán mañana Boca Juniors y Fluminense en el mítico estadio Maracaná.
La previa de la final de la Libertadores 2023 generó hechos de violencia ayer cuando la tropa de choque de la Policía Militarizada de Río de Janeiro reprimió con gas pimienta, gases lacrimógenos y balas de goma a cientos de personas de la hinchada de Boca Juniors que permanecían en la playa de Copacabana, en la vigilia para la final. Una fuente de la comisión directiva de Boca la adelantó que están “muy preocupados” por los hechos de violencia registrados en la previa del partido. Esperan que la situación se calme luego de esa reunión entre la Conmebol y la Policía de Río.
No obstante, el momento de mayor tensión sucedió por la tarde cuando hinchas de la barra del Fluminense encontraron la zona liberada para agredir a los de Boca. Estos últimos estaban sentados en la playa, ante la mirada de la Policía que reprimió y detuvo a dos hinchas argentinos.
Se estima que durante esta jornada arribará la mayor cantidad de hinchas de Boca y también la barra brava. Por esa razón se piensa reforzar el operativo de seguridad en toda la ciudad. En especial en la zona de Copacabana que fue invadida por los “Xeneizes”.
“Son profundamente lamentables las escenas de violencia ocurridas en los últimos días, en Río de Janeiro, que esperamos no vuelvan a repetirse. Las autoridades de los dos países están en permanente coordinación en ese sentido”, comentó el funcionario en su cuenta de X.
“Es importante tener en cuenta, igualmente, que hay diferencias culturales cuanto al nivel de provocación hacia la hinchada rival. Hay cosas que son admisibles en uno y otro país”, explicó el embajador.