Los incendios forestales son una parte importante de la agenda pública argentina desde hace un tiempo considerable. Debido a la intensidad del asunto y a la cantidad de casos presentados en los últimos tiempos, el debate referido al cambio climático se intensificó. (Tema: incendios corrientes consecuencias país)
El cambio climático, si bien no es el único factor a tener en cuenta, catalizó la problemática de tal manera que actualmente afecta a la población de forma continua.
Desde que el incendio en comenzará, el fuego se propagó alrededor de la provincia, llegando a arrasar con un 11 por ciento de la región.
La cantidad de tierra carbonizada alcanzó el millón de hectáreas, si bien las últimas lluvias aplacaron el fuego. La sequía, a su vez, acrecentó el problema, pues al tratarse de espacios tan secos se sientan las condiciones para la proliferación del fuego.
Además, la quema de los Esteros del Iberá, que arrasó un 15,7 por ciento de la región, fue un punto de quiebre en esta coyuntura. Siendo uno de los humedales más importantes de Sudamérica y el más grande de toda la Argentina, resguarda a múltiples especies. (Tema: incendios corrientes consecuencias país)
Particularmente, especies en peligro de extinción, como los guacamayos, los yetapá de collar y los tordos amarillos. Los carpinchos, los yaguaretés, armadillos y ciervos también se vieron afectados. (Tema: incendios corrientes consecuencias país)
Así, unos días después de iniciado el fuego, las autoridades del Ministerio de Agricultura declararon el estado de emergencia agropecuaria en la provincia mediante la Resolución 36/2022. (Tema: incendios corrientes consecuencias país)
El gobierno puede recurrir a este dictamen en situaciones donde factores de origen climático, meteorológico, telúrico, etc afecten gravemente a la producción y evolución de las actividades agropecuarias.
Este dictamen tendrá un alcance temporal de por lo menos seis meses. Otorgará beneficios y ayuda económica a los productores perjudicados que constaten su condición. También eximirá de pagar impuestos municipales y se prolongará hasta julio de este año. De igual modo, la resolución abarcará a “todas las explotaciones rurales afectadas por sequías y/o incendios”
De este modo, la problemática debatida confluye con otras aristas que giran alrededor del ya mencionado cambio climático. Podemos mencionar los intereses comerciales, la plantación responsable, la pérdida de la diversidad, el impacto en el medio ambiente, entre otras.
Por otra parte, la denominada por sus propios protagonistas como “catástrofe medioambiental” tendrá a corto y largo plazo múltiples consecuencias. Tanto económicas, y sociales como en el ecosistema.
Para empezar, nuevamente se remarca la cuestión de las sequías esparcidas a lo largo y ancho del país. Los espacios verdes quedaron afectados por el denominado “estrés hídrico”. Este se produce cuando la demanda de agua es mayor que la que se encuentra disponible o apta para el consumo humano.
El estrés hídrico impide el florecimiento habitual del entorno y desemboca en una gran pérdida de cosechas. Y en este caso, en una propagación mucho más fácil del fuego, que es favorecida por la falta de precipitaciones constantes en la región.
Un ejemplo de como afectan estas dos cuestiones al medioambiente es la importante pérdida del caudal de agua del Río Paraná, que lentamente busca reestablecerse.
Los hábitats de miles de animales se vieron estropeados, entre estos, los ya mencionados Esteros y los bosques y pastizales, otros de los más perjudicados por el avance ígneo. Esto inevitablemente provoca la muerte y el éxodo masivo de distintas especies, que buscan refugio en otros territorios para lograr escapar de la catástrofe. Muchos, optando por entrar y esconderse en las distintas zonas urbanas.
Por otro lado, la desaparición de los árboles provocará consecuencias de alcance ambiental y productivo, al perderse los principales purificadores del aire. Además, se acelerarán procesos destructivos como la erosión de los suelos, inducidos por factores como la luz solar y la lluvia. Procesos que, si bien son preexistentes, fueron acrecentados en su accionar.
Actualmente el costo económico asciende a 70 millones de pesos, se perdieron más de un 25 por ciento de las cosechas y amenaza con empeorar. La pérdida de la plantación tendrá un impacto en la economía, pues los precios de mercado de muchos productos aumentarán al amplificarse la escasez.
El ambiente se ha vuelto parte de un panorama desolador, donde abundan imágenes de los biomas quemados por el incendio, presuntamente provocado. Esto, sumado a la acumulación de cadáveres de animales, especialmente carpinchos y yaguaretés, que huían del peligro del fuego.
A su vez, el gobierno ratificó que en su momento se pidió ayuda a otros países extranjeros.
Uno de estos fue Estados Unidos, país al cual se solicitó apoyo por medio del embajador estadounidense en Argentina, Marc Stanley. Esto fue constatado vía Twitter por el gobernador de Corrientes, Gustavo Valdés.
Otro de los países contactados fue Rusia. No obstante, el pedido fue realizado en el marco de la guerra ruso-ucraniana, que se está desarrollando actualmente. Por otra parte, algunos territorios ya confirmaron el envío de brigadistas y bomberos a la región, como Brasil y Bolivia.
Corrientes, provincia sede de la plantación arrocera, sufre en la actualidad las consecuencias de uno de los desastres ambientales más letales de la historia argentina. Y esto es, lamentablemente, una de las consecuencias de tantos años de falta de conciencia ambiental y políticas adecuadas.
Corrientes: Retrato de la provincia tras los incendios (entrevista)
Alberto Fernández en Corrientes para recorrer las regiones afectadas por los incendios
