Reunión entre Alberto Fernández y Joe Biden: la pieza restante del multilateralismo argentino

#PolíticaDeManual - Las visitas presidenciales a Rusia, China y Europa desataron fuertes cruces en la política interna argentina. Con la confirmación del viaje a Estados Unidos, ¿se repetirá la historia en julio?

Escrito por: Manuel Román | Publicado: 2 de Junio de 2022

Alberto Biden Reunión

COLUMNA #PolíticaDeManual

El 25 de julio es la fecha tentativa en que tendrán una reunión, en suelo washingtoniano, el presidente de la Nación Alberto Fernández y su par estadounidense Joe Biden. La cita oficiará como el primer encuentro formal entre los mandatarios, cuya relación involucra a otro actor de importancia: el Fondo Monetario Internacional (FMI). Además, esta era la cumbre bilateral restante en la agenda diplomática argentina, que aspira a consolidar el multilateralismo más allá del ruido doméstico.

En una llamada directa que se extendió por 25 minutos, Fernández y Biden acordaron tiempo y lugar para el primer cónclave entre ambos presidentes. Como informó ayer la Casa Rosada, el encuentro buscará “profundizar la relación bilateral” y dialogar sobre “cambio climático, cooperación financiera, energías renovables, innovación tecnológica, derechos humanos y producción agro-alimentaria”; en un momento global económica y políticamente signado por la guerra entre Rusia y Ucrania.

Alberto Fernández y Joe Biden

Por otro lado, en algunos días, los mandatarios se verán las caras en Los Ángeles para participar de una nueva Cumbre de las Américas. Hasta ahora, la asistencia argentina era una incógnita debido a presiones de parte del bloque latinoamericano en favor de la inclusión de Venezuela, Cuba y Nicaragua, países a los que Estados Unidos negó la invitación. Finalmente, este miércoles, Fernández -en calidad de presidente pro témpore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac)- decidió confirmar su presencia.

Junto a las cuestiones diplomáticas, los intercambios entre la Argentina y Estados Unidos conllevan para la Casa Rosada un cúmulo de implicancias. En principio, para la gestión albertista, la reunión significa su primer cónclave bilateral con Washington. Por lo demás, el encuentro es la última pieza en su estrategia multilateralista, ya desplegada por Europa, Rusia y China. Pero aquí un problema: siempre que el presidente ha viajado, resonaron tras de sí fuertes ruidos internos.

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Febrero: la visita de Alberto Fernández a Rusia y China

En febrero, pocas semanas antes del avance bélico moscovita sobre territorio ucraniano, Fernández visitó en el Kremlin al jefe de Estado ruso Vladímir Putin. La reunión era parte de una gira internacional: tras la estadía en el país euroasiático, el mandatario argentino viajó a China para dialogar con su par local Xi Jinping. La doble cumbre marcó con fuerza la agenda política doméstica, agitada en la previa del debate del acuerdo con el FMI en el Congreso.

En ese contexto, algunas frases diplomáticas de Fernández tuvieron particular impacto nacional; en concreto, “Argentina tiene que ser la puerta de entrada para que Rusia entre en América Latina” (a Putin) y “si usted fuera argentino, sería peronista” (a Xi Jinping). Entonces, las declaraciones se podían leer como un mensaje ideológico de unidad para el oficialismo mientras las discusiones económicas empezaban a dividir el bloque. A su vez, según trascendió, las afirmaciones habrían causado “malestar” en Estados Unidos.

Esa fue la primera instancia de ruido desatada durante la agenda diplomática. La situación de desencuentro dentro de la coalición de gobierno se profundizaría con la votación negativa de una porción del Frente de Todos afín al kirchnerismo y camporismo duros, encabezada por el diputado Máximo Kirchner, en oposición a un sector más bien albertista que optó por acompañar el programa económico. La división interna, que comenzaba a hacerse externa, viviría su pasaje más explícito durante una nueva gira presidencial.

Alberto Biden Reunión

 

Mayo: la recorrida de Alberto Fernández por Europa Biden Reunión

A inicios de mayo, el jefe de Estado protagonizó una recorrida diplomática por Europa que lo llevó a encontrarse con el canciller alemán Olaf Scholz y los presidentes de Francia Emmanuel Macron y de España Pedro Sánchez. Aunque un propósito lateral de las visitas era cambiar política nacional por internacional, el viaje se mezcló otra vez con discusiones domésticas; con la novedad de que en ellas tomaron voz nada menos que Fernández y la vicemandataria Cristina Kirchner.

Las dos máximas autoridades del poder Ejecutivo argentino contrapusieron declaraciones por días. “Fue una acción generosa dejar que Alberto Fernández pudiera decidir su gabinete económico”, marcó la expresidenta en un acto oficial realizado en Chaco. Desde España, en diálogo con El País, el jefe de Estado respondió: “Cristina Kirchner tiene una mirada parcial, absolutamente económica”. Y sumó: “Me preocupa la obstrucción al gobierno”.

En estos días también surgían fuertes críticas directas al ministro de Economía Martín Guzmán, uno de los principales funcionarios a cargo de las negociaciones con el FMI, por parte del kirchnerismo. La Cámpora había hecho patentes sus deseos de remover de su cargo al titular de Hacienda. Casualmente, quien salió en su respaldo fue la embajada estadounidense en la Argentina, que valoró el “trabajo realmente impresionante que hizo el ministro”.

Siguiendo con la línea diplomática, tras recorrer Rusia, China y Europa, la próxima parada debía ser Estados Unidos. Era la pata restante en el multilateralismo de la gestión de Alberto Fernández, que hasta ahora no había logrado acercarse a Joe Biden más allá de comunicaciones a distancia y alguna reunión circunstancial. Confirmada la cumbre, y en vista de las diferencias entre el kirchnerismo y el FMI, ¿se repetirá la suerte de la política interna cuando el presidente visite norteamérica en julio?

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Julio: la reunión bilateral entre Alberto Fernández y Joe Biden

Hace cinco semanas, Kirchner se reunió en su oficina con el embajador estadounidense en la Argentina Marc Stanley. Los representantes de la Casa Rosada y la Casa Blanca compartieron un encuentro que, a su fin, ambos hicieron público vía Twitter. Esa instancia de diálogo directo, gestionada íntegramente por la vicepresidencia y la embajada, pone de manifiesto que la presunta ruptura ideológica entre las partes no es, en principio, tan tajante.

Junto a ello, las aguas internas se han aquietado últimamente en el oficialismo. Parece estar triunfando la unión final ante un rival en común: Juntos por el Cambio en general, y el exmandatario Mauricio Macri en particular. Así lo comprueban declaraciones recientes de Fernández en las que apuntó directamente contra el líder del PRO; aunque ya desde España dejaba ver su intención de hacer virar el eje de discusión: “Cristina no es mi enemiga, mi enemigo es Macri”.

En sí, la agenda multilateralista de los gobiernos argentinos jamás se ha resistido a profundizar vínculos con Estados Unidos; ni tampoco con Europa, Rusia o China. Incluso pese a las diferencias en torno al plan del FMI o a la figura de Guzmán, las relaciones con Washington son prioritarias para Buenos Aires. Queda por verse si se repetirán los cruces en política interna cuando el presidente tenga su gira en julio. Una temprana prueba llegará en menos de una semana, cuando Alberto Fernández y Joe Biden tengan una primera, y breve, reunión en Los Ángeles.

#PolíticaDeManual: La columna de Manuel Román

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