Especialistas del Hospital de Clínicas de la UBA destacaron la importancia de la prevención, la detección temprana y el tratamiento a tiempo del cáncer de piel, un padecimiento que afecta a más de 1.5 millones de personas y causa 57.000 muertes a escala mundial por año, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el marco del Día Mundial Contra el Cáncer de Piel.
Los profesionales del hospital escuela ubicado en el barrio porteño de Recoleta emitieron un documento en el que recordaron que los cánceres de piel son los grupos de cáncer más comunes diagnosticados en todo el mundo. Allí remarcaron las medidas que tomar para detectar a tiempo la enfermedad, y detallaron las clases de padecimiento más frecuentes.
“Los tipos más comunes son, en orden de frecuencia, el carcinoma basocelular (80% de los casos), que suele aparecer en las áreas más expuestas al sol, crece lentamente y rara vez se propaga a otras partes del cuerpo; el carcinoma espinocelular (12%), que se propaga más rápidamente; y el melanoma (5%), originado en los melanocitos, las células que producen el pigmento de la piel, que constituye el tipo más peligroso. Pero también hay otros cánceres menos comunes, como el carcinoma de células de Merkel, que es muy agresivo”, detalló Graciela Manzur, jefa de la División de Dermatología del Hospital de Clínicas.
En cuanto a la prevención, la frecuencia recomendada de los chequeos dermatológicos varía en cada situación de acuerdo a los antecedentes patológicos y familiares de cada persona, así como también la historia de exposición solar y la edad. Sin embargo, para aquellas personas sin factores de riesgo agregados, se estima que un control anual es suficiente. Junto a esto, agregaron, se debe reforzar el uso de protector solar durante todo el año.
En tanto, los signos y síntomas que pueden orientar a detectar el cáncer de piel pueden diferenciarse según la variante, detalló el documento. Así, se recomendó la utilización de la “regla del ABCDE” para saber cuándo consultar: asimetría, bordes irregulares, color variado, diámetro y evolución. En este sentido, explicaron que en cuanto a la asimetría, se observa “si con una línea imaginaria se divide por la mitad al lunar, ya sea horizontal o vertical, y es asimétrico, es decir, las dos mitades no se parecen”.
“Un lunar benigno generalmente tiene borde suave y regular. Si tiene borde irregular, dentado o borroso, puede indicar un mayor riesgo de melanoma”, indicaron; al tiempo que puntualizaron que, si presenta “diferentes tonalidades (áreas más claras o más oscuras) o tiene varios colores”, también debe examinárselo.
Asimismo, hay que prestar atención al diámetro de los lunares. “Los benignos suelen ser pequeños, generalmente de menos de 6 milímetros de diámetro. Sin embargo, no todos los melanomas son grandes, por lo que también se deben tener en cuenta lunares más pequeños si tienen otras características preocupantes”, afirmaron los especialistas del Hospital de Clínicas.
Por último, subrayaron que es necesario seguir la “evolución” del lunar. Si este “cambia, se agranda, se modifica su forma o color, sangra, pica o desarrolla costras; o si aparece repentinamente un nuevo lunar” es importante recurrir a un especialista. También es motivo de consulta la aparición de una nueva mancha o lesión que no estaba presente anteriormente.
Asimismo, se debe asistir al médico en caso puntos que no cicatrizan y continúan creciendo, o por la presencia de lesiones que se ven elevadas, con bordes irregulares o ulceradas. También hay que prestar atención a tumoraciones brillantes del color de la piel, un nódulo rojo y firme, verrugosidad que crece, úlcera que no cura o crece en una cicatriz previa, lesiones con una costra escamosa, o ubicadas en el labio, la región anal o genital.
Por último, los especialistas recordaron que dado que la radiación UV del sol es la principal causa de cáncer de piel, es muy importante “reforzar los cuidados de fotoprotección durante todo el año. Incluso en días nublados o fríos y especialmente durante las horas pico de radiación (generalmente entre las 10 y las 16)”.
En la mayoría de los casos, el tratamiento inicial es la extirpación quirúrgica del tumor. Este procedimiento suele ser suficiente para eliminar completamente el cáncer. Si no se detecta a tiempo, hay riesgo de que se disemine a otras partes o se presenten complicaciones como infecciones, ulceración o sangrado. En etapas avanzadas, es posible que se requieran opciones de tratamiento más agresivas, como cirugía radical, radioterapia, medicamentos biológicos o quimioterapia.
Fuente: Télam