
La muerte de Morena Verri y Brenda Loreley Del Castillo, ambas de 20 años, y de Lara Morena Gutiérrez, de 15, generó conmoción en la provincia de Buenos Aires. Las tres jóvenes fueron encontradas asesinadas y enterradas en el patio de una vivienda en Florencio Varela, después de varios días de intensa búsqueda. El caso, que derivó en detenciones, allanamientos y declaraciones de funcionarios, abrió un debate sobre el accionar del Estado, la violencia de género y la influencia del narcotráfico en distintos barrios.
Las jóvenes estaban desaparecidas desde el viernes pasado en Ciudad Evita. Ese día habían salido de sus casas con destino a una estación de servicio YPF frente a la rotonda de La Tablada. Una cámara de seguridad registró el momento en que subieron a una camioneta blanca.
El miércoles, sus cuerpos fueron hallados en Florencio Varela. Los estudios forenses determinaron que las víctimas fueron sometidas a torturas antes de ser asesinadas. Por el hecho, la Policía detuvo inicialmente a cuatro personas: dos hombres y dos mujeres.
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, evitó calificar los hechos como femicidios. En declaraciones radiales, sostuvo que el crimen debe entenderse en el marco de disputas vinculadas al narcotráfico. “Banalizar esto, plantear si es o no un tema sobre el Ministerio de la Mujer es de una bajeza y de una poca seriedad total y absoluta. Es al narcotráfico donde se tiene que apuntar y no a esto que se ha empezado a decir en las marchas sobre el Ni Una Menos”, afirmó.
En cambio, la ministra de Mujeres y Diversidad bonaerense, Estela Díaz, consideró que los crímenes sí constituyen femicidios. “Acá hubo un mensaje claro entre jefes narcos varones en el ensañamiento en el cuerpo de las mujeres”, señaló. Además, agregó que estos hechos muestran “conexiones transnacionales” y destacó que las víctimas atravesaban una trama de vulnerabilidades marcada por “pobreza, consumo, prostitución y narcotráfico”.
El director de Justicia y Seguridad del CELS, Manuel Tufró, también opinó sobre el caso y remarcó: “Con las políticas que se están aplicando en el país estamos construyendo un caldo de cultivo para que el narcotráfico se siga expandiendo”.
El Obispado de San Justo difundió un comunicado en el que expresó su dolor por los asesinatos y manifestó preocupación por lo que calificó como “grandes zonas liberadas a merced de mafias narcos”.
“Ante tanto desamparo, como Iglesia en San Justo reafirmamos nuestro compromiso de seguir trabajando por nuestros niños y jóvenes desde las tres ‘C’ de la vida: colegio, club y capilla, en contraposición a las tres ‘C’ de la muerte: calle, cárcel y cementerio”, expresó el documento firmado por monseñor Eduardo Horacio García.
En el marco de la investigación, se demoró a ocho hombres en Villa Zavaleta, en el barrio porteño de Barracas, durante allanamientos que se realizaron para dar con un presunto jefe narco peruano señalado como autor intelectual. Sin embargo, todos fueron liberados tras comprobarse que no tenían relación con el triple homicidio.
Por su parte, Antonio, abuelo de Morena y Brenda, expresó sus dudas sobre el avance de la causa. “Hay cosas que no se están investigando”, afirmó en declaraciones televisivas. También pidió que se eviten diferencias entre las víctimas: “Si hay una Justicia, tiene que ser para las tres”.