El inicio de la década nos trajo nueva tecnología que consumir, con el lanzamiento de la Playstation 5 (2020) y la Xbox Series S/X (2020). Sin duda, presentan muchas mejoras visuales y de rendimiento comparado con la octava generación. Y con esto, se esperaría títulos exclusivos, sea de cada consola particular o de la novena generación. Sin embargo, el transcurso de 2020 y 2021 nos demostraron varias obras que llegarán a PS4 (2013) y Xbox One (2013) también. Con el tiempo, esto llegó a causar enojo de varios jugadores hardcore, aunque, la cuestión es mucho más complicada de lo que se imagina. Videojuegos consolas
No se puede negar que el Hardware del 2013 está viejo a este punto, la PS4 apenas puede mantener su resolución Full HD y en el caso de la One es peor. Mientras que las versiones mejoradas (PS4 Pro y Xbox One X) definitivamente envejecieron mejor, también se ven sus limitaciones. Agregado a esto, la PS5 y Xbox Series X son muy poderosas comprado con las ya mencionadas. Pero entonces, ¿porque vemos pocos exclusivos de esta generación en el momento? Después de todo, hacer títulos intergeneracionales no permitiría que estas máquinas aprovechen todo su potencial. Bueno, se debe a un par de razones, y es un tema menos blanco y negro de lo que se pueden imaginar.
A pesar de que los juegos intergeneracionales pueden ser vistos como una nueva integración en la industria de videojuegos, simplemente es una evolución de prácticas ya implementadas hace décadas.
Comenzó sutilmente con algunos títulos licenciados en la PS1 (1995), tales como los de futbol o los primeros de Harry Potter. Aunque esto no se llevaría a tales extremos hasta la PS2 (2000), la consola más vendida de la historia. Este Hardware contó con montones de juegos, años después del fin de la sexta generación. Mientras muchos de estos eran títulos deportivos o basados en películas o series, siguieron apareciendo con frecuencia hasta alrededor de 2009/2010.
Luego tenemos la PS3 (2006) y Xbox 360 (2005), consolas que ya recibieron grandes videojuegos triple A en el primer año de la PS4 y Xbox One. Algunos fueron Watch Dogs, Far Cry 4, Call of Duty Advanced Warfare, y otros. No sería hasta 2015 que se comenzarían a dejar progresivamente estas consolas.
Y eso nos lleva al hoy, donde vemos directamente exclusivos que también salen para la anterior generación. Algunos de los ejemplos destacados son Halo Infinite, Forza Horizon 5, Horizon 2, Spiderman Miles Morales, y, el más infame, God of War Ragnarok.
Cómo se puede ver, estas prácticas no son para nada nuevas, y son un paso más para volver gaming más accesible. No obstante, hay otras variables en juego.
En principio, es conocimiento común que introducir nuevas consolas es para ofrecer una mejora visual notable. Vimos esto con la Super Nintendo comparada con la NES, la llegada del 3D real con la PS1 y N64 y sucesivamente. Aunque, con el tiempo, esto se volvió menos notable, al menos al principio.
Recuerdo cuando vi los primeros exclusivos de la PS4 y Xbox One y puedo decir que, como alguien que tenía menos conocimiento del que tiene ahora, no vi mucha diferencia. Obviamente, del lado técnico hubo diferencias y mejoras, pero desde una perspectiva más simple y casual, no era tan claro, aunque esto es una opinión.
No sería hasta alrededor de 2015/6 que empezaríamos a ver títulos que nos hagan pensar “esto de ninguna manera podría funcionar en una PS3/360”. Y ahora, se repite la misma historia con las nuevas. Obviamente, del lado de resolución, pantallas de carga, RayTracing, framerate, todo es una mejora masiva. Pero con los gráficos en sí, sigue sin haber tanto que muestre una innovación tan notable al ojo casual salvo lo ya mencionado.
Sin embargo, como ya se mencionó, esto cambiará con el tiempo, pero vamos a tener que esperar un rato para que se denote el salto generacional.
Sí, esto tiene que ver. 2020 para adelante vio un crecimiento de demanda enorme de tecnología. Y esto se trasladó al gaming, pero a la vez, la oferta no pudo equipararse a ello, lo cual llevó a una seria falta de stock y una inflación de precios masiva. Ocurrió más infamemente con las tarjetas gráficas, pero se trasladó a las consolas, en especial la PS5.
Todo esto sin mencionar los precios normales de por sí. Estos aparatos no son baratos y, sumado a las condiciones globales, el consumidor regular y casual optará por quedarse con su PS4/Xbox One. No se puede fingir que estamos en el momento adecuado de adentrarnos completamente en la novena generación. La PS4 es la segunda consola mejor vendida de Sony, ¿ahora dejarían toda esa playerbase?
La pandemia perjudicó mucho esta área, pero las compañías responden a aquello que den mayor compensación monetaria y, por ahora, los títulos intergeneracionales son la respuesta (aunque no son todos o incluso la mayoría).
Además, es mucho más práctico de lo que se piensa porque…
Volvamos a la octava generación. En su lanzamiento se anunciaron que ambas PS4 y Xbox One (ahora la última sí) no serían retro compatibles con los videojuegos de Xbox 360 y PS3. Esto quiere decir que deberías tener ambas consolas para jugar los títulos de ambas generaciones. La cuestión era incluso peor con los títulos Cross-Gen, ya que, no solo nos ofrecían ports deficientes comparados con los de Next Gen, sino que, en caso de que luego quieras volver a jugar ese título en PS4, lo tendrías que comprar OTRA VEZ en su versión respectiva.
Se puede ver lo anti-consumer y poco práctico de esa medida. Por suerte, el paradigma cambió. Antes de su lanzamiento, se confirmó que ambas PS5 y Xbox Series X/S serían completamente retro compatibles con sus hermanas mayores.
Ya de por sí eso es una gran ayuda, pero tenemos las mejoras Next-Gen gratuitas que, al menos en el caso de Xbox por ahora, se aplican a todos los títulos nuevos. Esto incluye mejoras de resolución, framerate, pantallas de carga, básicamente cambios para que envejezcan mejor esos títulos que tanto queremos. Del lado de PS5 lamentablemente, más de un par de videojuegos te piden pagar por la mejora, pero si no querés hacerlo, podés seguir jugando el videojuego, solo que lo harías en su versión de PS4 Pro.
Así que, digamos que anticipás el nuevo Gran Turismo, pero solo tenés una PS4 y a la vez te comprarás una PS5 a futuro. Bueno, podés comprarlo ahora, conseguir la PS5 después, y podrías jugarlo ahí sin pagar nada más por el videojuego, incluso tener mejoras gráficas gratuitas (si Sony lo permite, claro).
Que no se malentienda. En principio me gustaría que la novena generación de todo su potencial lo más pronto posible. Aquel que se compró una de estas consolas quiere que valga la pena, después de todo. Y a pesar de que personalmente difiero con las decisiones de portar ciertos juegos a la anterior generación, es algo que a la vez comprendo, dadas las condiciones.
Ya de por sí tenemos más de un par exclusivos Next Gen que progresivamente demuestran lo que estas máquinas pueden ofrecer. Algunos incluyen Ratchet and Clank Rift Apart, Returnal, el remake de Demon Souls, etc. Y no se preocupen, eventualmente la octava generación descansará en paz, y la nueva se volverá estándar, sucedió antes y volverá a suceder. Se anunciaron bastantes títulos para mínimo 2022 que parecen ser exclusivos Next Gen.
Eventualmente podremos recibir la PS5 y Xbox Series X/S con brazos abiertos sin mirar atrás. Pero no es ese momento ahora. Es una cuestión de tiempo
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