El ministro de Salud, Mario Russo, presentó su renuncia y será reemplazado por el cardiólogo Mario Lugones, según confirmó el Gobierno. Oficialmente se informó que la salida del funcionario fue por “cuestiones estrictamente personales”. Desde la Casa Rosada negaron que se desplazara a Russo, aunque fuentes cercanas admiten que hubo diferencias relacionadas con la distribución de las vacunas contra el dengue.
Lugones, conocido por su rol como cardiólogo y su vínculo con el Grupo Güemes, es padre de Rodrigo Lugones, cercano al asesor presidencial Santiago Caputo. Aunque de perfil bajo, Mario Lugones se veía como una figura clave en el sector, y su designación no sorprendió. Esto dada su influencia como asesor en la jefatura de gabinete.
Antes de la confirmación de su nombramiento, el Gobierno intentó minimizar los rumores sobre un posible despido de Russo, aunque se reconocían internamente desacuerdos sobre el manejo del presupuesto ministerial y el reparto de vacunas. Estas discrepancias habrían sido las razones detrás de su renuncia.
Entre los candidatos para suceder a Russo también se mencionó a Cecilia Loccisano, cercana a Lugones y exesposa del exministro Jorge Triaca. Sin embargo, fue finalmente Lugones quien asumirá el cargo, con una destacada trayectoria en la medicina privada y como presidente del Sanatorio Güemes.
El Gobierno confirmó su nombramiento en un comunicado oficial, resaltando su “extensa carrera en el ámbito de la salud” y su liderazgo en la Fundación Güemes, dedicada a la docencia médica e investigación clínica.
Mario Russo, que es el segundo ministro en dejar el gabinete de Javier Milei, habría tomado la decisión tras diferencias de criterio sobre la gestión sanitaria, especialmente en torno a la epidemia de dengue. La falta de repelente y las críticas por la distribución de vacunas intensificaron el malestar, tanto dentro como fuera del Ministerio de Salud. La denuncia del exministro Daniel Gollán, que acusó al Gobierno de favorecer a la Ciudad de Buenos Aires en el reparto de vacunas, aumentó la presión, lo que finalmente llevó a la renuncia de Russo y la rápida designación de Lugones como su reemplazo.
