Argentina, un país con buena gente (y rara). En esta tercera entrega, conocé las cinco noticias más raras de esta semana.
Todo parecía indicar que sería un viernes más en el programa de Viviana Canosa en A24, pero cuando inició el programa todo cambió. La conductora no salió, se ausentó durante todo el programa. Parecía una película de Hollywood del lejano oeste, el estudio estaba vacío. Solo faltaba la planta rodadora. La señal solo mostraba sillas y una mesa en la que debería estar la periodista.
Se podía oír la cortina musical del programa y se leía un graph que indicaba: “Libertad de expresión”. ¿Cuál fue el motivo? Días antes Canosa había renunciado a su puesto supuestamente por sufrir una censura por parte del Grupo América. Daniel Vila, presidente de dicho grupo, sostuvo que únicamente se buscaba “evitar que se difundieran escraches a políticos, funcionarios y dirigentes sociales”.
Durante los primeros diez minutos del programa, se vieron distintos planos de su escritorio vacío. Pero tan mal no le fue porque llegaron a medir 2,6 puntos de rating y logró un pico de 3,2. Minutos después decidieron emitir material y enviaron compilados de la periodista. ¿Hará falta que vuelva Canosa o es más efectivo emitir nada?
No, no hay que consultarle su nombre, es ese, Preguntale. Solo eso basta para reconocer el nacimiento de un peculiar personaje, pero en este caso no lo es todo. En su canal de Tik Tok se puede ver al perro simulando ser un gaucho, vestido como tal y haciendo sus tareas correspondientes, manejando un tractor o una 4X4. Cosa de todos los días. El encargado del campo es él.
Preguntale ya cosecha más de 4 millones de reproducciones en la red social, es toda una estrella. En los videos parece una persona más, con su boina y las patas en el volante, mientras pone cara de serio y controla el ganado. Junto a su dueño Diego, la rompen con sus diferentes videos, como en el que el canino se monta en un caballo (para cabalgar).
Daniel Angelone, viudo de Bergara Leumann, realizó un insólito pedido de justicia al aire. Se encontraba en “A la tarde”, programa de América, cuando al estilo de Black Mirror hizo una performance artística para contar que fue desalojado de la Botica del Ángel, el museo que creó junto a su pareja. Tras presentar algunos papeles y debatir de forma seria durante el programa, llegó el tan esperado momento. Revoleó todo, le pidió a la conductora que se corra del centro y comenzó.
“¡Salud a la muchachada, que llegó el compadrito justiciero! ¡Je, je! Los invito, señores jueces, a bailarnos un tanguito. Ustedes con su organito, ja ja ja, y yo con mis bandoneones porque todos somos talladores en este mazo argentino, porteño, justiciero y luchadores”, recitó mientras “bailaba”, digamos.
¿Quién le dio droga a la llama? Lo cierto es que Angelone se encontraba en perfecto estado, esa fue su forma de expresarse. Podría establecerse una relación con el capítulo de Black Mirror “Quince millones de méritos”, cuando su personaje principal va a un programa de talentos para denunciar el sistema de la sociedad tras hacer una coreografía de baile.
No era un partido amateur, amistoso ni un torneo de padres. Güemes e Instituto estaban disputando un partido por la Primera Nacional, segunda división argentina, cuando ocurrió un insólito blooper. En el video se puede ver que claramente un hombre del equipo local saca la pelota para un costado, lo que derivaría en un lateral del equipo contrario. Pero increíblemente el árbitro terminó dándole el cobro al jugador de Güemes.
Claramente no la toca absolutamente nadie, no existe desvíos ni hay lugar para equívocos. ¿Será que el árbitro ve gente muerta? Sin embargo lo que también llamó la atención es que ningún jugador de la cancha reclamó nada, ni locales ni visitantes. Todos parecieron estar de acuerdo con la decisión. Quizás se descubrió una falla en la matrix o un nuevo efecto Mandela.
Julián Bricco no la clavó
Boca venció a Agropecuario por la Copa Argentina y se clasificó de fase. El resultado era esperable pero todas las miradas del partido se las llevó el jugador xeneize Zeballos, quien tras recibir una dura patada abandonó la cancha entre lágrimas. El partido no fue del todo entretenido, pero el relator realizó un infortunio cuando eligió como figura a Milton Leyendeker, quien lesionó al jugador de Boca.
La dura patada no solo lo sacó de la cancha sino que también se estima que el jugador estará un tiempo sin jugar. Ahí es cuando el comentario del relator queda salido de contexto. Pero la gravedad de la lesión termina volviéndolo algo peor. Sin embargo, minutos después Bricco reconoció su error e indicó: “Perdón, perdón. Fue un lapsus, discúlpenme”.
Por su parte, desde Boca Juniors emitieron un comunicado condenando los dichos del relator y lamentando todo lo ocurrido.
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